La Iglesia en Barcelona vive un auge de fe juvenil: se duplica la asistencia a misa tras la pandemia
El responsable de la Pastoral de Juventud, Carles Bosch, confirma que se han triplicado las peticiones online de jóvenes que buscan respuestas a sus preguntas vitales

.
Barcelona - Publicado el
4 min lectura5:39 min escucha
Jóvenes y fe son dos conceptos que vuelven a unirse con fuerza en Barcelona. La Archidiócesis de Barcelona ha constatado un notable crecimiento en el interés de la juventud por la Iglesia, un fenómeno que se ha intensificado especialmente después de la pandemia. Según los datos aportados por el responsable de la Pastoral de Juventud, mosén Carles Bosch, la asistencia a misa de jóvenes se ha duplicado en este periodo. Además, este renacer espiritual se refleja también en el ámbito digital, donde las peticiones de contacto a través de internet por parte de jóvenes que se acercan por primera vez a la fe se han triplicado.
La pandemia, un catalizador de preguntas existenciales
Este resurgimiento no es casual. Mosén Carles Bosch lo atribuye a una búsqueda de respuestas a las grandes preguntas vitales en un mundo convulso. La pandemia de la COVID-19 marcó un punto de inflexión, generando un contexto de sufrimiento, soledad y aislamiento que afectó profundamente a la población. "La pandemia ha marcado un punto de inflexión en muchas cosas", señala Bosch, explicando que el dolor por la pérdida de familiares y amigos y el confinamiento llevaron a muchos a replantearse el sentido de su vida.
De forma paralela a este clima de incertidumbre, se produjo un alarmante aumento de los trastornos mentales entre niños, adolescentes y jóvenes. Bosch establece una conexión directa entre esta crisis de salud mental y el incremento en la búsqueda de un sentido trascendente. "Precisamente en la pandemia se disparan los trastornos mentales entre los infantes, la adolescencia y los jóvenes", afirma. Al mismo tiempo, asegura que "se dispara la búsqueda a través de internet de un sentido, de respuestas a las preguntas que valen la pena", lo que ha llevado a muchos a las puertas de la Iglesia.
No es gente que vuelve, sino jóvenes con un deseo profundo de sentido"
Una nueva generación se acerca sin prejuicios
El perfil de los jóvenes que ahora se interesan por la fe es significativamente distinto al de generaciones anteriores. Bosch describe un acercamiento movido por la curiosidad y el respeto, más que por una tradición familiar. Se trata de jóvenes, principalmente en la franja de edad de entre 18 y 24 años, que "no han recibido la herencia religiosa". Esta falta de un conocimiento previo, lejos de ser un obstáculo, parece facilitar una aproximación más genuina y libre de prejuicios. "Es más fácil que se acerquen sin pensar que ya lo conocen todo", comenta el delegado de juventud.
Este fenómeno no se limita a una edad concreta, aunque es más visible en la población más joven. Carles Bosch, de 32 años y uno de los sacerdotes más jóvenes de la diócesis, entiende bien esta nueva realidad. La clave, según él, está en un anhelo profundo de relaciones significativas y un sentido vital que la sociedad actual no siempre ofrece. "No es gente que vuelve después de haberla dejado, sino jóvenes que, con un deseo profundo de sentido, de relaciones significativas, se proponen la fe por primera vez", declara Bosch, subrayando el carácter inédito de muchas de estas conversiones.
El desafío de la evangelización en el 'continente digital'
La tecnología y las redes sociales juegan un papel fundamental en este nuevo escenario. Lejos de verlas como un simple canal de comunicación, la Iglesia las concibe como un verdadero ámbito de relación humana. Bosch habla del concepto del 'continente digital', un espacio donde las personas están y se relacionan, y en el que la Iglesia debe estar presente. "No es una herramienta de comunicación, sino un ámbito de relación, y la Iglesia también se encuentra en este ámbito", explica, destacando que lo digital y lo presencial forman parte de una misma realidad para las nuevas generaciones.
La vida no es que valga la pena, es que está para compartirla"
Este renovado interés por la fe podría tener un impacto futuro en el número de vocaciones religiosas. Aunque Bosch se muestra cauto y evita hacer "profecías", reconoce que la vocación está intrínsecamente ligada a la vivencia de la fe. "Cuanto más se vive la fe, cuantas más familias cristianas viven una vida en torno a Jesucristo, más fácil es que cada uno de ellos se haga la pregunta sobre el sentido de su propia vida", reflexiona. Este camino, asegura, transforma la perspectiva personal, pasando de la búsqueda de la "propia gloria" a la de ayudar a los demás. La máxima, concluye, es que "la vida está para compartirla con los demás", un descubrimiento que cambia por completo el enfoque existencial.
El crecimiento en la fe juvenil se presenta, por tanto, como una oportunidad y un desafío para la Iglesia en Barcelona. Representa la necesidad de acoger a una generación que busca autenticidad y respuestas profundas en un mundo post-pandemia. La labor de la Pastoral de Juventud se vuelve crucial para acompañar este proceso, ofreciendo un espacio de encuentro y diálogo para todos aquellos que, movidos por la curiosidad o una necesidad espiritual, deciden explorar el camino de la fe.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.



