El cambio de armario: cuándo hacerlo y cómo organizarlo sin complicaciones

La llegada del otoño obliga a guardar la ropa de verano y recuperar las prendas de abrigo, pero con orden y previsión el proceso es mucho más sencillo

El cambio de armario: cuándo hacerlo y cómo organizarlo sin complicaciones

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El cambio de armario: cuándo hacerlo y cómo organizarlo sin complicaciones

Caterina Ruiz Ponce

Barcelona - Publicado el

3 min lectura

Con el fin del verano y la entrada del otoño, muchas casas de Cataluña se preparan para un ritual bien conocido: el cambio de armario. Lo que parece una tarea sencilla puede convertirse en un caos si no se planifica con criterio. Saber cuándo hacerlo y cómo organizarlo es clave para ahorrar tiempo y energía. 

¿Cuál es el mejor momento para el cambio de armario?

La fecha exacta depende de la meteorología de cada año, pero en Cataluña el momento ideal suele situarse entre finales de septiembre y principios de octubre. Es cuando las temperaturas empiezan a bajar de forma más estable y las noches frescas ya requieren chaquetas o prendas de entretiempo. Hacerlo demasiado pronto puede ser un error, ya que aún pueden llegar días calurosos, mientras que hacerlo tarde deja a muchos sin opciones adecuadas para los primeros fríos.

Primer paso: revisar antes de guardar

Antes de almacenar la ropa de verano, conviene revisar prenda por prenda. Todo lo que ya no usamos, lo que ha quedado pequeño o en mal estado no merece ocupar espacio. Separar lo que se puede donar, reciclar o desechar es esencial para mantener el armario ordenado y no acumular de más.

Un método de organización

Una vez hecho el vaciado, toca colocar la ropa de otoño e invierno. Lo recomendable es seguir un criterio de clasificación:

  • En la parte más accesible, las prendas de uso diario (pantalones, jerséis, camisas de manga larga)
  • En los estantes altos o menos accesibles, abrigos gruesos y ropa de invierno que aún no será imprescindible.  
  • En cajones, complementos como bufandas, guantes y gorros, listos para cuando el frío se intensifique.
  • La importancia de la limpieza y conservación

    Antes de guardar la ropa de verano, es fundamental lavarla y doblarla correctamente para evitar olores o manchas. Guardarla en cajas transpirables, bolsas de tela o fundas específicas ayuda a que se conserve en buen estado hasta la siguiente temporada. En el caso de los abrigos y chaquetas, lo mejor es colgarlos en perchas resistentes para que no pierdan la forma.

    Aprovechar bien el espacio

    No todas las casas cuentan con armarios grandes, por lo que es clave optimizar cada rincón. Las cajas bajo la cama, los organizadores colgantes de tela o las bolsas de vacío son aliados perfectos para ahorrar espacio. Etiquetar las cajas es un truco sencillo que facilita encontrar las prendas cuando llegue el momento de volver a usarlas.

    Beneficios del cambio de armario

    Más allá del orden, este proceso es una oportunidad para redescubrir prendas olvidadas y darles una nueva vida combinándolas de otra manera. También es un buen momento para apostar por la moda sostenible, reutilizando lo que todavía sirve y comprando solo lo necesario.

    Un cambio con componente emocional

    El cambio de armario también simboliza el paso del verano al otoño, con días más cortos y fríos. Encararlo con una actitud positiva, viéndolo como una oportunidad para renovar el espacio y las rutinas, ayuda a sobrellevar mejor la transición de estación.

    En definitiva, el cambio de armario no tiene por qué ser sinónimo de caos. Con orden, criterio y previsión, puede convertirse en un ritual práctico que acompaña el ciclo natural de las estaciones y que facilita la adaptación a los meses más fríos del año.

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