El misterio del diamante de 30.000 euros: hallado por los Mossos en un coche y con una dueña con 47 antecedentes
Una patrulla rutinaria en un aparcamiento de Les Corts destapó la trama: tres detenidos, herramientas para robos y una joya de origen desconocido. ¿De quién es?

Imma Viudes, portavoz del sindicato SAP-FEPOL de Mossos d'Esquadra, nos comenta los sucesos policiales de los últimos días
Barcelona - Publicado el
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Imagínate la escena. Un lunes cualquiera en un aparcamiento de Barcelona. Un coche con tres personas dentro levanta las sospechas de una patrulla de los Mossos d'Esquadra. Lo que podría haber sido un simple control de rutina se convierte en el hallazgo de una joya de película: un diamante valorado en 30.000 euros. La pregunta que ahora está en el aire es tan brillante como la propia piedra: ¿de quién es este tesoro? Y, sobre todo, ¿cómo ha acabado allí? Quien quiera que lo haya perdido, seguro que está sufriendo.
Una patrulla con buen olfato
Todo empezó hace un par de lunes, cuando una patrulla de Seguridad Ciutadana del distrito de Les Corts, en Barcelona, vio algo que no les cuadraba. Unos movimientos raros, sospechosos, alrededor de un vehículo. Los agentes, con ese sexto sentido que dan las horas de calle, decidieron intervenir. Y acertaron de pleno. Dentro del coche se encontraron con tres personas que, desde luego, no estaban allí para admirar la arquitectura del parking. La intuición policial rara vez falla.
La sorpresa no fue solo el diamante. Al identificar a los ocupantes, los Mossos se toparon con una vieja conocida. Una de las detenidas, una mujer, acumulaba la friolera de casi medio centenar de antecedentes. ¡Casi nada! Concretamente, 47. Una cifra que hizo que todas las alarmas saltaran de inmediato. Junto a ella, otras dos personas que tampoco supieron dar una explicación coherente de lo que estaban haciendo allí. La cosa se ponía interesante.
Una de las detenidas, una mujer, acumulaba la friolera de casi medio centenar de antecedentes.
Un tesoro sin explicación
Y entonces, llegó la joya de la corona. Literalmente. Al registrar el vehículo, los agentes encontraron el diamante. Una piedra preciosa tasada, ni más ni menos, que en 30.000 euros. Cuando les preguntaron por la procedencia de semejante joya, los detenidos guardaron silencio. No pudieron, o no quisieron, aclarar de dónde había salido. El misterio estaba servido. Pero la cosa no acababa ahí. Junto al diamante, los Mossos también intervinieron dinero en efectivo y un surtido de herramientas de las que no se usan precisamente para el bricolaje, sino para cometer robos con fuerza. La suma de los factores era evidente.

Una piedra preciosa tasada, ni más ni menos, que en 30.000 euros
La pregunta del millón, o más bien de los 30.000 euros, es: ¿de dónde ha salido este diamante? Las posibilidades son muchas y abren la puerta a todo tipo de especulaciones. ¿Fue robado de una joyería? ¿Pertenece a un particular que sufrió un asalto? ¿Es parte de una trama de contrabando? Encontrar un diamante de este calibre no es algo que pase todos los días. Como bien decía la portavoz del sindicato SAP-FEPOL de Mossos d\'Esquadra, Aima Viudes, si encuentras dos kilos de hachís, por desgracia, es una noticia casi recurrente. Pero un diamante de 30.000 euros... eso ya es otra historia.
Buscando al propietario
Ahora, la pelota está en el tejado de las unidades de investigación de los Mossos d'Esquadra. Aunque no ha trascendido de dónde ha podido salir la joya, la policía ya ha puesto en marcha la maquinaria para descubrirlo. Cuentan con unidades especializadas en la identificación de este tipo de piedras y joyas. Lo primero que se hace siempre es fotografiar todo lo intervenido para que las posibles víctimas puedan reconocer sus pertenencias. En un caso como este, con una piedra tan valiosa, se activan protocolos específicos para localizar a sus legítimos dueños. Un trabajo minucioso y complicado, pero esencial.
Mientras tanto, el diamante espera en un lugar seguro, lejos de las manos que no supieron justificar su posesión. Los tres sospechosos han sido detenidos y se enfrentan a las consecuencias de sus actos. Y en algún lugar, su verdadero dueño quizás aún no sabe que la policía ha encontrado su tesoro perdido. Una historia con un final abierto, donde la profesionalidad policial ha sido, una vez más, la clave para sacar a la luz lo que estaba oculto.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.