El día que el almirante español Luis de Córdova consiguió hundir la economía de Reino Unido sin un solo disparo: "Una maniobra brillante"

Aquel verano de 1780, la información de inteligencia fue clave: se supo que un gigantesco convoy de barcos británicos, cargados con suministros y tropas, cruzaría el Atlántico desde Portsmouth rumbo a las colonias

Imagen del almirante de la Real Armada Española y protagonista de la gesta

Imagen del almirante de la Real Armada Española y protagonista de la gesta

José Miguel Cruz

Barcelona - Publicado el

4 min lectura

Luis de Córdova y Córdova, nacido en Sevilla en 1706, no era un novato en la mar. Con más de seis décadas de experiencia, este almirante de la Armada Española había combatido en innumerables misiones y conocía al dedillo tanto el arte de la navegación como las debilidades de sus enemigos. En 1780, en plena Guerra de Independencia de Estados Unidos, España se había unido a Francia para debilitar el poder marítimo británico y cortar sus líneas de suministro.

Declaración de independencia de los Estados Unido

Declaración de independencia de los Estados Unidos

Aquel verano, la información de inteligencia fue clave: se supo que un gigantesco convoy de barcos británicos, cargados con suministros y tropas, cruzaría el Atlántico desde Portsmouth rumbo a las colonias. La carga era vital para mantener el esfuerzo de guerra británico en América… y también extremadamente valiosa en términos económicos. 

Un convoy colosal en la mira

El convoy, bajo escolta de unos pocos navíos de guerra, era casi una flota mercante en sí misma: 63 barcos cargados hasta los topes con armas, pólvora, uniformes, alimentos, municiones y mercancías de alto valor. Para el Imperio británico, era mucho más que un simple transporte: significaba mantener vivas sus posibilidades en la contienda contra las colonias rebeldes.

Luis de Córdova, al mando de una escuadra hispano-francesa de 27 navíos de línea, esperaba pacientemente en aguas cercanas al cabo de Santa María, frente a las costas del Algarve portugués. No buscaba una batalla campal, sino una presa gorda… y aquella caravana flotante era el objetivo soñado. 

Buques de la Real Armada Española

Cornelis Claesz van Wieringen

Buques de la Real Armada Española

La captura sin un solo disparo

El 9 de agosto de 1780, la suerte (y la pericia) sonrieron al almirante español. La niebla y la confusión jugaron a su favor. Los mercantes británicos, creyendo que los buques de Córdova eran parte de su escolta, no intentaron huir ni se prepararon para combatir. Cuando quisieron darse cuenta, estaban rodeados.

El resultado fue la captura de 55 de los 63 buques del convoy sin necesidad de abrir fuego. Entre los prisioneros había unos 3.000 marineros y soldados británicos. Las bodegas estaban llenas de mercancías valoradas en varios millones de libras esterlinas —una cifra astronómica para la época—, que pasarían a engrosar las arcas hispanas y francesas. 

Un golpe directo al corazón de Londres

El impacto en Inglaterra fue inmediato y demoledor. El convoy perdido suponía la mayor captura naval de la historia hasta ese momento, y sus consecuencias se hicieron notar en los mercados financieros. La Bolsa de Londres, que ya andaba nerviosa por el coste de la guerra en América, se desplomó al conocerse la noticia. Los inversores entraron en pánico: se perdía no solo el valor económico de las mercancías, sino también la confianza en la capacidad británica para proteger su comercio marítimo.

La economía británica dependía en gran medida de las rutas comerciales y de sus convoyes, y aquella derrota mostró que ni siquiera en aguas europeas estaban a salvo. La libra esterlina se debilitó, y la presión sobre el gobierno de Lord North aumentó. No se trataba solo de un episodio militar, sino de un terremoto financiero que reverberó en Westminster y en las salas de operaciones de la City. 

Abordaje naval de los buques de la Armada Española

Abordaje naval de los buques de la Armada Española

Por qué fue tan humillante para Inglaterra

En la mentalidad de la época, la Royal Navy era prácticamente intocable, y el comercio británico se veía como un motor imparable. Que un almirante español, sin disparar un solo cañón, desmantelara de un plumazo el convoy más importante del año era una afrenta difícil de digerir. El golpe fue militar, económico y psicológico.

Además, el botín capturado —uniformes, armas, pólvora— terminó sirviendo a las fuerzas hispano-francesas y, de forma indirecta, a los propios insurgentes americanos, que recibirían parte de ese material por la vía del apoyo aliado. 

El legado de un golpe maestro

Luis de Córdova, ya septuagenario, se convirtió en una figura respetada y temida. Aquel episodio no solo demostró su maestría como estratega, sino que mostró al mundo que la Armada Española aún podía jugar en la primera división de la guerra naval. El convoy de 1780 pasó a la historia como una de las operaciones de presa más rentables y menos sangrientas jamás realizadas.

Hoy, más de dos siglos después, el recuerdo de aquella jornada sigue siendo un ejemplo de cómo la paciencia, la inteligencia y la información pueden valer más que una andanada de cañones. Inglaterra perdió millones, España ganó prestigio y el Atlántico fue testigo de una de las mayores humillaciones navales del siglo XVIII… sin que se disparara un solo tiro.

Escucha en directo

En Directo COPE BARCELONA

COPE BARCELONA

Herrera en COPE

Herrera en COPE

Con Carlos Herrera

Lunes a viernes de 06:00h a 13:00h

Programas

Último boletín

05:00 H | 13 OCT 2025 | BOLETÍN

Boletines COPE
Tracking