¿Conoces el origen de la expresión " es un trabajo de chinos"?: no es lo que piensas

La expresión hace referencia a un trabajo duro o laborioso y mal pagado

Los chinos del siglo XIX emigraron en masa a EEUU donde se les contrataba en trabajos duros y mal pagados

Los chinos del siglo XIX emigraron en masa a EEUU donde se les contrataba en trabajos duros y mal pagados

José Miguel Cruz

Barcelona - Publicado el

3 min lectura

Seguro que alguna vez has dicho o escuchado eso de “es un trabajo de chinos” cuando te enfrentas a una tarea complicada, interminable o llena de detalles imposibles. La usamos en el día a día sin pensar demasiado, para hablar de papeleos burocráticos, de manuales de instrucciones que parecen eternos o de arreglos que requieren paciencia de relojero. Sin embargo, pocas personas saben que su origen no está en la delicada artesanía oriental, sino en la dura realidad que vivieron miles de inmigrantes chinos en Estados Unidos en el siglo XIX. 

Unión de los ferrocarriles del este y oeste en EEUU

Unión de los ferrocarriles del este y oeste en EEUU

El contexto histórico: la fiebre del oro y el ferrocarril

A mediados del siglo XIX, Estados Unidos vivía un periodo de expansión imparable. La fiebre del oro en California atrajo a miles de personas de todo el mundo en busca de fortuna. Entre ellos llegaron trabajadores chinos, que muy pronto pasaron a desempeñar labores que la población local no quería realizar.

Las compañías contrataron a miles de chinos porque eran mano de obra barata y obediente, pero las condiciones de trabajo eran extremadamente duras

La mayor parte de estos inmigrantes terminó en la construcción del ferrocarril que debía unir la costa Este con la Oeste. Las compañías contrataron a miles de chinos porque eran mano de obra barata y obediente, pero las condiciones de trabajo eran extremadamente duras: jornadas larguísimas, salarios muy bajos, alimentación precaria y un clima de discriminación constante. 

Puente de ferrocarril en el siglo XIX

Puente de ferrocarril en el siglo XIX

Un trabajo duro, invisible y mal pagado

Los trabajadores chinos eran enviados a los tramos más peligrosos: túneles excavados en roca con dinamita, pasos de montaña a temperaturas bajo cero o zonas donde otros se negaban a trabajar. Sus vidas valían poco para los empresarios del ferrocarril. Cientos murieron en accidentes, avalanchas o por agotamiento.

Aquella imagen de los chinos como mano de obra sometida y capaz de soportar trabajos interminables y extenuantes fue calando en la mentalidad de la época. Así, en España y otros países comenzó a usarse la expresión “es un trabajo de chinos” para referirse a una tarea interminable, sacrificada y en la que se invertía mucho esfuerzo sin recibir el reconocimiento merecido. 

La red de ferrocarril en los estados Unido le debe mucho a los trabajadores chinos

La red de ferrocarril en los estados Unido le debe mucho a los trabajadores chinos

Del sufrimiento al refrán cotidiano

Lo que nació como una descripción literal de las condiciones de esos inmigrantes acabó convirtiéndose en un dicho coloquial que ha sobrevivido hasta nuestros días. Paradójicamente, hoy empleamos la frase con un tono ligero, sin pensar en las penurias que la originaron. Hablamos de montar un mueble de Ikea como “un trabajo de chinos”, cuando en realidad la expresión se forjó en los campamentos polvorientos y en los túneles de montaña donde miles de trabajadores dejaban su salud y, en muchos casos, su vida.

Paradójicamente, hoy empleamos la frase con un tono ligero, sin pensar en las penurias que la originaron

 La revisión del lenguaje

En los últimos años, algunos expertos y colectivos han señalado que conviene reflexionar sobre este tipo de frases. Aunque la mayoría de personas la emplea sin mala intención, lo cierto es que su origen está ligado a un episodio de explotación laboral y racismo. En un mundo donde cada vez somos más conscientes del peso de las palabras, conviene recordar de dónde vienen para decidir cómo usarlas. 

La labor de los divulgadores

El divulgador Alfred López, conocido por su blog y por libros como Ya está el listo que todo lo sabe, ha explicado en varias ocasiones que expresiones de este tipo son pequeñas cápsulas de historia. Según López, conocer el origen de frases como “es un trabajo de chinos” nos ayuda a valorar el camino recorrido y a entender cómo el lenguaje refleja las desigualdades de su tiempo.

López insiste en que no se trata de prohibir palabras, sino de usarlas con conocimiento. “Detrás de lo que hoy nos parece un simple dicho, hay vidas humanas y un contexto histórico concreto”, recuerda el autor, que reivindica el valor de la divulgación para rescatar esos significados ocultos. 

Una expresión con doble filo

Hoy, la frase convive entre la tradición y la crítica. Para muchos, sigue siendo una manera coloquial de hablar de una tarea pesada y sin fin. Para otros, es un recordatorio incómodo de cómo la explotación de los inmigrantes chinos quedó convertida en un refrán.

Lo cierto es que, como tantas expresiones heredadas, “es un trabajo de chinos” encierra un pedazo de historia. Una historia que comenzó en las montañas de Sierra Nevada, en los raíles del tren transcontinental y en los campamentos donde hombres anónimos trabajaron hasta la extenuación. Y que, curiosamente, hoy seguimos repitiendo en una conversación cualquiera, quizá sin saber que lo que decimos es, en sí mismo, un eco de aquel sufrimiento.

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