Así es Huaxi, la ciudad china donde todas las casas son idénticas
Este pueblo de la provincia de Zhejiang obliga a sus 7.200 habitantes a mantener una uniformidad estética estricta para que nadie pueda aparentar ser mejor que el resto

Huaxi, la ciudad que es una pesadilla para los repartidores.
Barcelona - Publicado el
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En el este de China, en la provincia de Zhejiang, existe un lugar que desafía la lógica urbana y se ha ganado a pulso el apodo de la pesadilla de los repartidores. Se trata de Huaxi, un pueblo de 1.400 familias y unos 7.200 habitantes donde la monotonía es ley. El divulgador de viajes y tecnología, Sergio Parra, describe la frustración de quienes intentan orientarse en sus calles: "Es absolutamente todo idéntico, no se puede diferenciar". La razón es que todas las casas, calles y fachadas son un clon exacto unas de otras, creando un laberinto urbano casi imposible de navegar para los forasteros.
Una estricta norma por la igualdad
La uniformidad en Huaxi no es una casualidad, sino el resultado de una normativa férrea que prohíbe cualquier modificación individual en las fachadas de las viviendas. Según explica Parra, la ley obliga a que todo, desde el código de color de la pintura hasta el modelo de los acabados, se mantenga bajo un estricto consenso vecinal. "No puedes hacer ningún tipo de modificación de la fachada de tu casa", señala el experto. Incluso las renovaciones, como repintar los exteriores, se realizan de forma comunitaria y obligatoria cada ciertos años para que todo "luzca bonito y nuevo".
El propósito de esta homogeneidad forzosa responde a "un pensamiento muy comunista, muy chino", destinado a eliminar las desigualdades visibles. La idea es que, si todas las viviendas son iguales, "la gente no tiene esta ansia de chulear, que es mejor que el otro", comenta Parra. De esta manera, se busca fomentar un espíritu de comunidad donde nadie pueda ostentar una mayor riqueza o estatus a través de su propiedad. Hasta las decoraciones estacionales, como las de Navidad, deben ser coordinadas para no romper la armonía visual del conjunto.
Es absolutamente todo idéntico, no se puede diferenciar"
La gran paradoja de la China moderna
Aunque Huaxi podría parecer una representación de la China que muchos imaginan desde Occidente, Parra asegura que es justo lo contrario. Este pueblo es una excepción en un país que ha abrazado el capitalismo con una ambición desbordante. El divulgador, quien se declara un "enamorado de China", afirma que la realidad del gigante asiático actual es una carrera constante por el éxito individual y la riqueza. Lejos de la uniformidad de Huaxi, en el resto del país "les encanta el lujo y chulear".
Para Parra, esta nueva realidad es tan potente que llega a afirmar con contundencia: "El sueño americano es una tontería, en comparación con el sueño chino". Allí, explica, "toda la gente quiere ser millonaria y tener más pasta que el otro". Este ferviente deseo de prosperar choca frontalmente con el ideal de igualdad de Huaxi, convirtiendo al pueblo en una especie de reliquia ideológica en medio de una de las economías más dinámicas y competitivas del planeta.
El sueño americano es una tontería, en comparación con el sueño chino"
Los datos respaldan esta visión. China no solo es el país con "el mayor número de millonarios per cápita del mundo", sino que también lidera en "el mayor número de mujeres emprendedoras". Esta pujanza se refleja en su capacidad tecnológica, ya que hasta hace muy poco, "China era el único país del mundo capaz de ensamblar y producir y fabricar un iPhone", un hito que demuestra su avanzado desarrollo industrial y tecnológico. La mentalidad del país ha cambiado tanto que el autor considera que se ha creado una nueva forma de autocracia que poco tiene que ver con el comunismo tradicional.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.