El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y el conseller de Interior catalán, Joan Ignasi Elena, se han reunido por vez primera en un encuentro en el que han hablado de ampliar la plantilla de los Mossos, de la jubilación anticipada y del traspaso de competencias a agentes rurales.

La cita se ha celebrado en Madrid un día después de la mesa de diálogo sobre Cataluña y tras los altercados violentos frente a la Jefatura de la Policía Nacional en Barcelona el día de la Diada.

Fuentes de ambos departamentos han explicado a Efe que la reunión ha consistido en "una primera toma de contacto" tras la toma de posesión del conseller Elena, y ha tenido como objetivo "mantener los altos niveles" de coordinación y colaboración que presiden las relaciones entre el Ministerio y la Conselleria así como el que existe entre Mossos y Policía Nacional y Guardia Civil.

El encuentro "se ha desarrollado en un tono cordial y constructivo" y han acordado la celebración de una próxima Junta de Seguridad para seguir abordando las cuestiones de interés común.

En la agenda estarán la ampliación de la plantilla de los mossos, la opción de permitir la jubilación anticipada a estos agentes así como el traspaso de competencias a agentes rurales, asuntos todos ellos que ha tratado en esta primera reunión.

Ahora bien, Interior ya había avanzado que en este encuentro no iba a estar a debate el supuesto traspaso de las dependencias de la Jefatura Superior de la Policía en Barcelona, situadas en Via Laiteana.

Un traspaso que defienden ERC y JxCat, pues ambos partidos se comprometieron en su pacto de coalición para formar Govern convertir la Jefatura Superior de Policía de Vía Laietana en un centro de interpretación de la memoria y denuncia del franquismo.

Precisamente, al término de la manifestación independentista del pasado sábado, celebración de la Diada, un grupo de personas -los mossos detuvieron a dos individuos- arrojaron objetos, pintura, botes de humo, vallas y vaciarán un extintor contra los agentes que custodiaban la sede de esta dependencia policial.

Sindicatos policiales como la UFP o el SUP condenaron de inmediato los incidentes y criticaron la tibieza del Gobierno, mientras que desde el Govern, el propio conseller de Interior, calificó los altercados de "muy poco relevantes" desde el punto de vista de una manifestación de estas características y en comparación con los de otras veces.