La Central Sindical Independiente y de Funcionarios, el CSIF, constata un deterioro del cuerpo de la Guardia Urbana desde que Ada Colau llegó al Ayuntamiento de Barcelona. El sindicato asegura que se están produciendo amenazas y coacciones de mandos policiales, siguiendo directrices del gobierno municipal hacia sus agentes. El CSIF anuncia que no va a consentir estos hechos y amenaza con procedimientos legales en todos los casos de acoso hacia agentes de la Urbana. 

La situación que están viviendo los agentes se ha traducido en un aumento de las bajas, obligándoles a ausentarse en períodos de 48 horas por indisposición, recogidas en el "pacto de condiciones laborales". Las precarias condiciones laborales y la falta de efectivos agravan esta situación, a causa de la ansiedad y el estrés, especialmente en el turno de noche. Según los responsables del CSIF, el Ayuntamiento no se puede  permitir estas bajas, en un cuerpo que ya desde hace tiempo carece de los efectivos suficientes para una ciudad como Barcelona. Denuncian que, lejos de tomar medidas coherentes, el Ayuntamiento opta por el camino de las coacciones y de las amenazas hacia sus agentes.

El CSIF alerta que esta situación agravará la falta de efectivos en el territorio. Una falta de personal que ya se vivió la noche de San Joan cuando sólo vigilaron la ciudad 13 patrullas para todos los distritos. O lo que es lo mismo, sólo 26 policías garantizaron la seguridad de más de un millón y medio de barceloneses.