La llegada a Europa de la compañia americana Telsa, era el objeto de deseo de muchas ciudades españolas. El proyecto de fabricar 150. 000  vehículos y baterías electricas , conlleva una inversión multimillonaria y la creación de miles de puestos de trabajo. Una gran oportunidad para cualquier país europeo. Por su peso en el sector de la automoción y sus comunicaciones, Barcelona era una de las grandes favoritas y tanto el Ministerio de Indústria como la Generalitat negociaban con discreción la llegada de Telsa. Se llegó a ofrecer terrenos, en la comarca de Anoia, cercanos a Igualada, con espacio suficiente y a menos de una hora de Barcelona.Pero todo el esfuerzo ha sido baldío.

Telsa decidió a finales de octubre escoger Grünheide, cerca de la capital alemana, para albergar su primera fábrica en Europa de coches y de baterías. Barcelona perdía la carrera y el pasado 12 de noviembre el fundador y primer ejecutivo, Elon Musk confirmaba que en 2021, Telsa pondrá en marcha su fábrica en Alemania. La desición  de la multinacional americana coincidió con la mayor intensidad de las protestas callejeras, y aunque nadie quiere vincular la pérdida de Telsa con los disturbios, los expertos aseguran dañan y mucho la imagen internacional de la ciudad. Así, el profesor de administración y dirección de empresas Pedro Nueno admite " las imágenes de las manifestaciones, de los enfrentamientos con la policía, no ayudan en nada. Es la imagen de las televisiones y los grandes inversores quieren estabilidad"

Desde 2010, Cataluña acumula 4 fracasos para captar nuevas fábricas de coches. Con la experiencia de Seat y Nissan, se ha optado a ampliar el número de firmas sin éxito. En 2017, la empresa china Thunder Power negoció para venir a  Barcelona, pero finalmente la ciudad belga Charleroi fue la escogida.