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CURIOSIDADES

¿Qué diferencia hay entre el vidrio y el cristal?

Muchas son las personas que creen que las palabras vidrio y cristal son sinónimas entre sí, utilizando indistintamente ambos términos para referirse a las mismas cosas.

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Alfred LópezLa Linterna CatalunyaBarcelona

Tiempo de lectura: 3'Actualizado 12:29

Alfred López es autor de la saga de libros de curiosidades "ya está el listo que todo lo sabe" y de "eso no estaba en mi libro de historia de la política.

Cada Lunes nos explica tres curiosidades en La Linterna Catalunya. Estas son las tres de hoy.

  • ¿Por qué las Islas Filipinas se llaman así?

En el siglo XVI, en plena época de descubridores y conquistadores, llegó hasta lo que hoy conocemos como Islas Filipinas el explorador de origen portugués Fernando de Magallanes, quien viajaba por la zona en misión encomendada y financiada por el rey español Carlos I.

Magallanes bautizó aquel archipiélago con el nombre de Islas del Poniente, reclamando aquellas islas para la Corona Española, por aquel tiempo el mayor imperio del planeta y del que se decía que el sol no se ponía jamás en sus territorios.

Dos décadas después, el 2 de febrero de 1543, el insigne explorador malagueño, Ruy López de Villalobos, llegaba hasta el archipiélago de las Islas del Poniente con el firme propósito de colonizarlas, a pesar de encontrarse con la férrea oposición de los hostiles nativos.

Tras la conquista y control decidió rebautizarlas con el nombre de Islas Felipinas, en honor al entonces Príncipe de Asturias y futuro rey Felipe II.

Con el tiempo se transformó el nombre de Felipinas a Filipinas, por su mejor y más natural pronunciación.

Las Islas Filipinas pertenecieron a España hasta 1898, año en el que se perdieron un importante número de colonias debido a la guerra hispano-estadounidense que enfrentó a ambos países y por las que los españoles perdieron algunas de sus posesiones (entre ellas Cuba, Puerto Rico, Guam y la propia Filipinas).

  • Cuando la Familia Real Británica decidió cambiar su apellido alemán por uno inglés
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Desde que la reina Victoria I del Reino Unido contrajo matrimonio en 1840 con el germano Alberto de Sajonia-Coburgo-Gotha a todos sus descendientes y herederos al trono se les aplicó el título de Casa de Sajonia-Coburgo-Gotha, sustituyendo al de la Casa Real de Hannover que era el que se había portado hasta entonces desde el siglo XVII.

Pero el título tan solo permaneció en la familia dos generaciones más hasta que, el 17 de julio de 1917, el rey Jorge V, nieto de Victoria I, proclamaba por ley que a partir de aquel instante todos los miembros y descendientes de la Familia Real Británica dejarían de llevar el apellido Sajonia-Coburgo-Gotha y pasarían a pertenecer a la Casa de Windsor, recién creada por él a tal efecto. También sería de obligatorio uso el llevar el apellido Windsor tras el nombre.

El motivo para esa drástica decisión era la profunda enemistad que había con el Imperio Alemán a causa de la Primera Guerra Mundial. A pesar de que era primo del Kaiser Guillermo II (también nieto de la reina Victoria I) la confrontación entre ambas naciones era irremediable y, en vista de la contundente determinación de Jorge V, parecía irreconciliable.

El nombre de Windsor lo tomó de uno de los castillos que tenían como residencia oficial y que estaba situado en la pequeña población de mismo nombre, en el condado de Berkshire. Así pues, desde entonces todos los miembros de la Familia Real Británica portan como apellido Windsor.

  • ¿Qué diferencia hay entre el vidrio y el cristal?

Muchas son las personas que creen que las palabras vidrio y cristal son sinónimas entre sí, utilizando indistintamente ambos términos para referirse a las mismas cosas.

Pero no, no son lo mismo y, además, si os fijáis bien, en los iglús verdes de reciclaje podréis observar que en ese contenedor tan solo se puede depositar vidrio y hay una advertencia en la que indica que no se eche nada que sea de cristal. El motivo de ello es porque aquello que se considera cristal (como vasos, copas, bombillas convencionales, una ventana o espejo…) aunque comparta con el vidrio (botellas de vino, licor o refresco, frascos de conserva, cosmética, colonia o alimentación…) la composición se le ha añadido además de óxido de plomo (o en algunos casos óxido de bario) que es lo que le da el aspecto brillante tan característico de los elementos de cristal.

Esa concentración de plomo es la que hace que no sea conveniente echar ningún producto de cristal en el iglú verde, básicamente porque este elemento necesita una temperatura muy superior para ser fundido al que necesita el vidrio (que es de unos 1.500 grados centígrados). De ahí que se recomiende tirar el cristal en el contenedor en el que depositamos el resto de basura (suele ser gris, naranja o de un verde más oscuro).

Evidentemente sería mucho más aconsejable llevar todo aquello que tenemos para reciclar a un punto limpio, en el que se depositará cada cosa en su correspondiente contenedor, pero, lamentablemente, no todas las personas tienen uno de esos lugares cercano a su hogar y no pueden desplazarse hasta ellos; por tal motivo se permite que el cristal (y todo aquello que no termina de encajar en el resto de contenedores: como la cerámica, el corcho, el papel plastificado, pañales y productos de deshecho de higiene femenina e incluso las fotografías) se deposite en el contenedor de basura orgánica.

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