El campo en Castilla y León mira al cielo: “Vamos a terminar viendo las orejas al lobo"

Las atípicas temperaturas de los últimos días con el sol como protagonista están suponiendo que agricultores y ganaderos de CyL sigan mirando al cielo con la incertidumbre de si les llegará o no el agua para regar. Podría caer algo el miércoles, en cualquier caso, no será más que un espejismo porque el jueves desaparece toda probabilidad de precipitaciones. Victorino Casado es agricultor en Tordesillas, en la provincia de Valladolid. Cultiva remolacha. Habla de una situación complicada. Suben los costes de producción y se antoja complicado asegurar una buena cosecha.

“La situación es complicada. La nuestra es una Comunidad agrícola que está muy supeditada al tiempo. Ya no es solo la lluvia de ahora. Es fundamental que nieve en invierno para cargar los pantanos para el regadio. Si llueve ahora, mejora el secano y para el regadío supone un ahorro de agua si podemos pasar mes y medio o dos sin regar”, explica Casado.

Los embalses del Duero se encuentran al 77,3 por ciento de su capacidad, tres puntos más que en 2022, pero cinco menos que la media del último decenio. La práctica totalidad de los pantanos cuentan con más del 75 por ciento de agua embalsada y preocupan los de Salamanca, al 62,1 por ciento, y el Sistema Pisuerga, en Palencia, por debajo de la mitad. Es cierto que algunas zonas lo sufren más que otras. Y cierto es también que esta situación, que afecta a agricultores y ganaderos, se traslada también al consumidor.

“Si yo tengo que producir barato, yo no puedo multiplicar los panes y los peces. Es complicado. En principio lo sufre el agricultor, pero todo es una correa a de transmisión y podemos empezar a ver las orejas al lobo”.