Vivimos en un eterno día de la marmota. Parece que la vacunación avanza como los intermitentes de los vehículos, ahora sí, ahora no. Cada día oímos y nos enfrascamos en conversaciones en las que oímos tantas opciones como personas hay: los que no dudan un segundo en recibir el pinchazo sin importar qué laboratorio sea el titular de su dosis, los que dudan pero acaban viendo las bondades del picotazo, o los que han cogido tal miedo ante las informaciones recibidas, que prefieren evitar los posibles efectos secundarios…

Pero hay un grupo de población para el que eso no es un problema. Un grupo que no está contemplado en ningún calendario de vacunación: el de los niños. Ellos han sido, y están siendo, un gran ejemplo a seguir. Han aceptado las normas, cumpliéndolas porque saben que es lo mejor para evitar contagios, sin cuestionarse nada más. Ellos a los que tanto hay que enseñar, nos están dando una gran lección de vida. Mirémonos en su reflejo, aprendamos a dejar a un lado los temores y avancemos, codo con codo, para salir de esta sin dejar a nadie atrás.

Precisamente los niños, junto a adolescentes y resto de la comunidad educativa, forman parte de la campaña #HazMemoria, lanzada por la Conferencia Episcopal Española en redes sociales, y a la que se ha sumado nuestra Diócesis de Segovia. Por este motivo, nos trasladamos hasta la plaza Conde Cheste, donde tiene su sede el colegio MM. Concepcionistas y de cuya actividad hablamos con su directora general, M. Carmen Fernández Borregón.

Aunque con un aula confinada a causa de la pandemia, madre Carmen asegura que en el centro hacen un balance general positivo y están muy contentos y satisfechos por el trabajo a lo largo del curso. Además, muestra su agradecimiento a los alumnos por su capacidad de adaptación y flexibilidad, así como a profesores y padres por su dedicación ya que, entre todos, han puesto lo mejor de sí mismos para «sentirnos uno solo» y ver que formamos parte de una misma comunidad.

En este curso tan marcado por la pandemia en el que tantas cosas han cambiado, la directora de Concepcionistas asegura que hay una cosa, inherente a su carisma, en la que se han mantenido firmes: el acompañamiento. Acompañar en la vida de sus alumnos y en su aprendizaje, sacando el lado bueno de las cosas, y haciendo de la cercanía el hilo conductor, «salvando las distancias».

Distancias que han superado gracias a las redes sociales, que ya desde el confinamiento les han permitido abrir las puertas y ventanas del centro para que las familias puedan adentrarse en las aulas. En definitiva, una manera de que los padres estén tranquilos y se acerquen a la realidad educativa de sus hijos.

Una realidad cambiante, más con la pandemia, que ha permitido desarrollar proyectos como Sueña Segovia, un plan de emprendimiento en el que ha participado toda la comunidad educativa, aportando su granito de arena con ideas que «merecen ser escuchadas» y que buscan contribuir a mejorar Segovia.

Un avance al que también aspiran las MM. Concepcionistas con su nuevo centro, un complejo educativo que pretende ir más allá y convertirse en un proyecto con base pedagógica y metodológica, adaptándose a las necesidades para ser también referente en formación del profesorado. En definitiva, un centro con el que contribuir a la educación de los segovianos del futuro sin dejar a nadie atrás.