Semana Santa. Este año distinta en lo externo, sin manifestaciones festivas en las calles, pero igual de intensa y significativa para nuestra vida cristiana. O quizá más que nunca, ya que a la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, que es lo que realmente celebramos, hemos de unir el dolor de muchos y la esperanza de todo el pueblo, de toda la sociedad, en una vida nueva después de este periodo de prueba que está siendo la pandemia.

Hoy nos acompañan dos buenos amigos. Pablo Montalvo, sacerdote, es el encargado de hacernos un repaso por los actos litúrgicos más relevantes de la Semana Santa, ayudándonos a interpretar su significado más profundo. Al Domingo de Ramos, en que el pueblo creyente se une al júbilo de la entrada en Jerusalén, sigue el Lunes Santo, en el que la diócesis de Segovia celebra la Misa Crismal en la que todo el presbiterio, en torno a su obispo, se reúne para la bendición de los santos óleos (el óleo de los enfermos, el óleo de los catecúmenos y el Santo Crisma) que luego se emplearán para los sacramentos. La celebración está abierta a la participación de toda la comunidad.

El Jueves Santo se celebra la Misa de la Cena del Señor, en la que se actualiza la institución de la Eucaristía –«Haced esto en memoria mía»–, el mandamiento del amor –«Amaos como yo os he amado» y la institución del ministerio ordenado –con el signo del lavatorio de los pies–. El Viernes Santo se nos invita al recogimiento escuchando la Pasión según San Juan y a la adoración de la Cruz, este año especialmente expresiva poniéndonos en el lugar de los que están sufriendo por causa de la pandemia.

Pero Cristo resucita y todo tiene sentido. Es lo que celebramos en la Vigilia Pascual. «No tengáis miedo», nos dice el Señor. A partir de este momento, la Pascua (que significa «Paso», el de la muerte a la vida) nos lleva a experimentar la presencia de Jesucristo que nos debe de dar fuerza para vivir. Aleluya.

José María Rubio vuelve a El Espejo para acercarnos la Sala bajo Claustro de la Catedral, el espacio expositivo de pintura donde se concentran un buen número de piezas cuya inspiración es la Pasión del Señor. José María nos regala un extenso recorrido catequético por las más importantes, dándonos todo tipo de detalles iconográficos y religiosos, hasta llegar a la obra maestra de Benson, el Descendimiento, la más renombrada del conocido como «maestro de Segovia». La Semana Santa es un tiempo propicio para visitar esta pinacoteca, en las que las 40 obras expuestas parecen estar en permanente diálogo entre ellas y el espectador.

Y también lo es para conocer la tradición de las sargas en nuestra diócesis: grandes telas que en Cuaresma y Semana Santa cubrían retablos e imágenes de nuestros templos con el fin catequético de orientar la mirada del creyente hacia la Pasión, no estorbándola con otras distracciones devocionales. José María, además de referirse a las expuestas estos días en el claustro del seminario, nos recuerda las de El Espinar, Maderuelo y Garcillán, en el que el visitante del templo se sobrecoge al ver la iglesia prácticamente cubierta por estos elementos de la liturgia antigua.

Feliz Semana Santa y feliz Pascua les deseamos desde El Espejo. Disfruten de la Vida. ¡Aleluya! El Señor ha resucitado.