Los funcionarios de prisiones sufren en España una agresión cada 16 horas
Los trabajadores de la cárcel de Topas se concentran para exigir más medios y que se les reconozca como figura de autoridad

Paco Herrero, responsable de Prisiones de CSIF Castilla y León denuncia las agresiones al personal laboral
Salamanca - Publicado el - Actualizado
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Los trabajadores de prisiones de Castilla y León han protagonizado hoy una concentración a las puertas del centro penitenciario de Topas (Salamanca) para denunciar una falta clara de seguridad laboral. Esta movilización ha sido convocada por los sindicatos ACAIP-UGT y CSIF en otros centros penitenciarios del país y pretende ser también un gesto de respeto y denuncia tras la brutal agresión sexual a una psicóloga en la prisión de Sevilla II.
Es una protesta conjunta que se lleva a cabo en todos los centros penitenciarios dependientes de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, tras los graves hechos ocurridos el pasado 8 de julio en el Centro Penitenciario de Sevilla II (Morón), y denunciados por COPE, cuando una psicóloga del centro fue agredida física y sexualmente durante una entrevista individual por un interno, con numerosos antecedentes por violencia y delitos sexuales, que permanecía inexplicablemente, en un módulo de ‘respeto’.
No se trata de un incidente aislado
Paco Herrero, responsable de Prisiones de CSIF en Castilla y León ha denunciado las constntes agresiones al personal laboral. No se trata de un incidente aislado. En los últimos años se han multiplicado las agresiones sexuales y físicas a trabajadoras y trabajadores penitenciarios, por lo que urge tomar medidas. En los centros penitenciarios españoles se producen una media de una agresión cada 16 horas, más de 1.000 en los últimos dos años.
respuestas eficaces ante agresiones constantes
Ante esta escalada de conflictividad, los tres sindicatos convocantes exigen una respuesta eficaz e inmediata por parte de la administración. Entre otras medidas exigen la revisión y mejora de la clasificación interior de los internos, la depuración de responsabilidades, la dotación de sistemas adecuados de emergencia y aviso ante incidentes. "Pero también es imperativo que se aumenten las plantillas y que se apruebe el reconocimiento legal de agentes de autoridad de las empleadas y empleados públicos penitenciarios. De otro modo el recluso podrá seguir agrediendo al personal laboral impunemente".
El responsable de Prisiones de CSIF afirma que estos hechos reflejan un deterioro estructural del sistema penitenciario derivado de una clasificación interior “buenista”, que busca más el maquillaje estadístico que atender a una realidad penitenciaria en un contexto de aumento de población reclusa. Una población que además acusa serios problemas de salud mental y altísimos índices de violencia.
Tolerarlo es normalizar la violencia institucional y vulnerar el derecho a un trabajo seguro, dicen ACAIP-UGT y CSIF, que insisten en la necesidad de apoyar a cada compañero y compañera, y en defender la dignidad, seguridad y condiciones laborales de todo el colectivo de trabajadores y trabajadoras de las prisiones.