Napoleón Bonaporte, líder de Francia y dispuesto a conquistar toda Europa para convertir a la nación gala en la primera potencia europea. La fortaleza que años atrás había tenido España, Bonaparte quería ser a su manera el Carlos V de Francia y en cierto modo lo consiguió. Se le resistieron pocos territorios, el más sonado fue el de Rusia pero en Salamanca también le paramos los pies. El especialista en historiamilitar Raul Bellido aporta luz y descubre la importancia que tuvo para la caída de Napoleón la derrota en la Batalla de Salamanca, como la conocen los ingleses.

Por este motivo, se celebra el 22 de julio la victoria en la batalla de los Arapiles el 1812. En el fragor de la batalla había más de 100.000 soldados, es decir casi la mitad de la ciudad actualmente en un campo de batalla a menos de 10 kilometros de la capital. La unión volvió a ser fundamental una vez más; los españoles, británicos y portugueses eran menos pero ganaron por estar unidos y por la estrategia desarollada por el Duque de Wellington y el salmantino Sánchez el Charro.

Un paraje sin apenas importancia, para una guerra como la de la Independencia, al final se convirtió en el principio del fin de la hegemonía de los franceses, llevaban más de 8 años en suelo español y habían invadido gran parte del territorio. Los propios salmantinos de la época fueron unos de los perjudicados por esta contienda, se destruyó un tercio del patrimonio que tenía la ciudad de la época incluyendo iglesias, convento o viviendas.

A partir de la batalla se construyó un memorial en el alto del llamado Arapil Grande, un recuerdo a los fallecidos, cerca de 20.000 personas perdieron la vida entre los dos ejércitos unos 5000 correspondieron a los aliados. Ahora mismo, la visita a la zona de los Arapiles se ha convertido en un reto deportivo y es muy común ver a numerosos ciclistas que buscan vencerlos como ya hicieron nuestros tatarabuelos hace más de 200 años. No solo para ciclistas y corredores, si no que también es una opción para toda la familia, desde hace unos años existe un recorrido señalizado que parte del pueblo de Arapiles y lleva hasta el monolito. Esta ruta se complementa con un aula de interpretación en la población de Arapiles donde se pueden conocer todos los detalles de esta histórica victoria para el devenir de la Guerra de la Independencia o con visitas guiadas como las que dirige Raul Bellido.

El turismo de proximidad este verano es la clave y conocer la historia de nuestra provincia a la vez que hacemos deporte o desconectamos puede ser una gran opción para un sábado, un domingo o incluso una tarde de lunes. Y si prefieres algo más tranquilo, tumbona en el pueblo mientras lees el apartado que le dedico a Los Arapiles Benito Pérez Galdós en sus libros 'Los episodios nacionales'.