Salamanca es una ciudad universitaria, los jóvenes se ven por cualquier calle del centro. Salamanca tiene una tradición de formar a las nuevas generaciones desde hace 800 años, pero parece que se queda en eso en la formación. La edad media en Salamanca es de 48 años, y aunque haya cerca de 20.000 universitarios cada vez se ven más personas mayores por nuestra ciudad. La razón: Salamanca forma, pero no tiene oportunidades laborales suficientes para estos jóvenes y tienen que marcharse.

Manel Hérnandez es un periodista formado en la Universidad Pontificia que ha tenido que salir por esta falta de trabajo cualificado, este ahonda en la búsqueda de búsqueda de empresas que puedan formar tejido laboral en la provincia, con esto se conseguiría fijar la tan ansiada población

El futuro no es prometedor y este joven es afortunado ya que ha podido quedarse en la región, ya que muchos optan por ir a Madrid o incluso buscar oportunidades fuera de España. La pandemia lo ha condicionado todo y el teletrabajo puede ser una buena opción para que este colectivo eche raíces en la ciudad y en los pueblos de nuestra provincia.

Castilla y León lleva años padeciendo la salida de población de sus provincias, en especial de jóvenes cualificados que abandonan la Comunidad en busca de mejores oportunidades y condiciones laborales en otros territorios. Un estudio de Miguel González y Antonio López-Gay publicado por la Asociación de Geógrafos Españoles evidencia este drama poblacional que vive la Comunidad desde hace décadas.

Madrid es el principal lugar de destino de los jóvenes que salen de Castilla y León en busca de mejores oportunidades pero también ocurre al contrario y los madrileños optan por la Comunidad vecina como lugar para asentarse. El estudio cifra en un 65 por ciento de los 51.605 jóvenes de Castilla y León que fueron a vivir a Madrid los que tenían estudios universitarios, mientras que solo el 38 por ciento de los 18.070 madrileños que viajaron con destino a Castilla y León tenían esta misma formación. Tras Madrid, Cataluña era el segundo territorio preferido a la hora de abandonar la Comunidad, por delante de Valencia, Baleares o Andalucía. Por su parte, los intercambios con otras comunidades de circunstancias parecidas a las de Castilla y León, como Asturias, Galicia o Extremadura, se presentan más equilibrados.