El alcohol está presente como factor concurrente o desencadenante en un tercio de los accidentes mortales. Su presencia en la conducción, dependiendo de su tasa, multiplica entre 2 y 15 el riesgo de sufrir un accidente. No sólo está relacionado con una mayor accidentalidad sino que también repercute en una mayor mortalidad, al ser un factor vinculado con un peor pronóstico en las lesiones sufridas.

En el año 2018, se realizaron pruebas de alcoholemia a 621 conductores fallecidos, 145 de los cuales presentaba una tasa superior a la legalmente permitida, con un 66% de estos presentando una tasa superior a tres veces la máxima legal.

Además, conducir después del consumo de sustancias psicoactivas es un hecho frecuente en España. El cannabis (THC), la cocaína, las anfetaminas y las metanfetaminas son las sustancias más frecuentemente halladas. El consumo simultáneo de sustancias, que se ha demostrado como un comportamiento de extremo riesgo vial, es comparativamente frecuente en España.

Como viene siendo habitual en esta época del año, la Dirección General de Tráfico pone en marcha una campaña de concienciación sobre el riesgo que supone el consumo de alcohol y drogas durante la conducción, en un periodo en el que el consumo de estas sustancias aumenta debido a las comidas y cenas navideñas. En la campaña especial de vigilancia y control realizada entre los días 10 al 16 de diciembre de 2018, en la provincia de Burgos se realizaron 2.360 pruebas de alcoholemia, siendo positivas 16, el 0,68%. En el caso de la presencia de drogas, se llevaron a cabo 50 pruebas, dando un resultado positivo 16 de ellas, el 32% de las pruebas practicadas.

Especial atención a la conducción tras las comidas y cenas navideñas

En esta campaña se quiere poner especial énfasis en la concienciación sobre el riesgo de consumir alcohol y/o drogas durante la conducción. En la época navideña, con el aumento de comidas y cenas se incrementa la ingesta de estas sustancias, lo que supone un riesgo en caso de coger coche. El uso del transporte público, como el autobús o el taxi, o usar vehículos compartidos en los que el conductor no haya bebido ni consumido sustancias son algunas de las opciones a tener en cuenta para organizar los desplazamientos a estas citas con amigos y familiares.

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Para el subdelegado del Gobierno, Pedro de la Fuente, es “fundamental que tengamos en cuenta que lo importante es disfrutar de estas fechas tan señaladas con los más próximos evitando cualquier riesgo”, e insta a que “nadie coja el coche tras haber bebido, y del mismo modo, nadie vaya de pasajero con alguien que lo haya hecho.” Los controles policiales tienen como objetivo prevenir la conducción bajo los efectos del alcohol y las drogas ilegales. Un aumento del número de controles policiales lleva aparejada una reducción en el número de accidentes con víctimas.

Los trucos para engañar al alcoholímetro no funcionan 

Según un estudio de la aseguradora Línea Directa elaborado en 2015, algunos conductores intentan alterar las pruebas de alcoholemia poniendo en práctica algunos trucos, que responden a una serie de mitos y creencias populares, con los cuales podríamos ser capaces de engañar al etilómetro y librarnos de la sanción, lo cual daría como resultado una fórmula perfecta para pasar por encima de la ley. Nada de esto funciona. Cuando se nos práctica la prueba de alcoholemia realizamos una larga y continua espiración. Es por ello, que tras una primera porción de aire espirado durante la espiración, en la que el aire es proveniente de las vías respiratorias, se expele el aire de los alvéolos. Este aire es el que ha sufrido verdaderamente el intercambio de gases entre sangre y aire, y es el válido para la prueba, lo que hace que sea imposible adulterar los resultados.

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Durante años son muchas las afirmaciones y prácticas que han ido formándose en diferentes núcleos sociales. Algunas perduran en el tiempo, ya que son adquiridas por las nuevas generaciones de jóvenes conductores. Un tercio de los entrevistados (30%) afirma creer que existen trucos que practican algunos conductores para engañar a los controles de alcoholemia y no dar positivo. Entre los trucos más citados destacan beber café, esperar más de dos horas antes de la prueba, tomar chicle o caramelos, beber agua o tomar hielo, hacer deporte o sudar antes, tomar azúcar, beber aceite, beber leche, soplar despacio o poco, tomar pasta de dientes, o dormir un rato antes de conducir.

El alcohol repercute en una mayor mortalidad 

Aunque nos creamos en pleno uso de nuestras facultades físicas y mentales, con la ingesta de alcohol estamos multiplicando el riesgo de sufrir un accidente. Los efectos del alcohol varían en función de la cantidad que se haya consumido, y aún con tasas de alcoholemia dentro de los márgenes legales permitidos, existe riesgo. La única tasa segura es 0,0%.

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Estos son los efectos según la cantidad ingerida:

- De 0,3 a 0,5 g/l: Excitabilidad emocional, disminución de la agudeza mental y de la capacidad de juicio. Aumenta el tiempo de reacción, se subestima la velocidad y hay problemas de coordinación. El riesgo de sufrir un accidente se multiplica por 2.

- De 0,5 a 0,8 g/l.: Reacción general más lenta, alteraciones en los reflejos, comienzo de la perturbación motriz, euforia en el conductor, distensión y bienestar, tendencia a la inhibición emocional, comienzo de la impulsividad y agresividad al volante. El riesgo de sufrir un accidente se multiplica por 5.

- De 0,8 a 1,5 g/l.: Estado de embriaguez importante, reflejos muy perturbados, pérdida del control preciso de los movimientos, problemas serios de coordinación, dificultades de concentración de la vista, disminución notable de la vigilancia y percepción del riesgo. El riesgo de sufrir un accidente se multiplica por 9.

- De 1,5 a 2,5 g/l: Graves problemas de percepción, de atención y coordinación. El riesgo de sufrir un accidente se multiplica por 15.

Dos de cada tres delitos cometidos contra la seguridad vial están relacionados con el alcohol 

La apuesta de la Dirección General de Tráfico por erradicar a los conductores que se ponen al volante tras haber ingerido algún tipo de sustancia psicoactiva es lo que ha llevado a este Organismo a incrementar las sanciones. Además, desde la entrada en vigor de la ley del Permiso por Puntos, alrededor del 12% de los infractores sancionados y del 14% de los puntos detraídos tuvieron su causa en el hecho de conducir con una tasa de alcohol superior a la establecida.