Los servicios de atención de urgencias de Castilla-La Mancha recibieron el aviso a las 13.15h de la tarde del domingo. Una avioneta se había estrellado en Alarilla, cerca del pico de La Muela, famoso por ser un punto de vuelos sin motor.

Ellos no, ellos volaban en una Aeroprakt A22, con hélice y motor y volvían después de un fin de semana en 'La Polar', una concentración para aficionados de avionetas en Teruel.

Hasta el momento se sabe poco, lo que van salpicando los medios digitales nutridos de las informaciones oficiales que son escasas: se desconoce las circustancias exactas de lo que pudo pasar para que el ala del avión chocara con el pico y la avioneta se pricipatara barranco abajo para acabar incendiándose.

“La normativa ha cambiado recientemente, ahora se puede volar hasta los 3.000 metros de altura y siempre hay una altura mínima sobre el nivel del suelo de 150 metros para evitar obstáculos que se puedan presentar”. Nos lo explica Miguel Ángel Ortigosa, instructor de vuelo en Robledillo de Mohernando, a donde se dirigía la avioneta para aterrizar y que está a solo 15 kilómetros por carretera de Alarilla.

Los procedimientos en un vuelo de estas características

Además de las normativas referentes a altura mínimas y máximas, Miguel Ángel nos ha explciado en COPE Guadalajara que cada vez que se vuela se hace lo que se conoce como una inspección pre-vuelo, “se comprueban que los niveles de aceite, líquido de frenos y combustible son adecuados, el anticongelante; se comprueba que no hay fugas en los circuitos de refrigeración; que funciona bien el mando del acelerador y que no hay nada que lo obstruya; la hélice, bujías y el resto del motor; los 'flaps' y los alerones que pueda llevar cada aeronave, el timón de cola, en fin todo. Y una vez se hace se hace un calentamiento y a volar”.

Como manda el sentido común, si alguna de estas comprobaciones fallan lo mejor es no volar. En cualquier caso, aún no se sabe si falló algo en la avioneta accidentada.

“La Aeroprakt A22 es una aeronave sencilla y fiable, tiene buena reputación y no entraña gran dificultad una vez estás instruido en vuelo. Una vez estás en ella ire, las mayores dificultades pueden venir por la meteorología”. Las palabras de Miguel Ángel llaman la atención porque la tarde del domingo fue un día bastante placido y prácticamente óptimo en cuanto a condiciones de vuelo.

Con un contexto favorable para el vuelo, las incógnitas de qué pudo pasar son muchas. Ahora toca trabajar a los profesionales para que esclarezcan lo que pudo haber ocurrido.