El nuevo jefe de ventas y los dos prejubilados
Juan Ortega corta una oreja en tarde al alza en Albacete. Manzanares logra un trofeo de poco peso y Talavante estuvo muy gris. Sólo el tercer toro de Victoriano del Río tuvo opciones.

Juan Ortega en Albacete
Albacete - Publicado el - Actualizado
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Lorenzo del Rey - Redacción COPE Albacete
Llegaba a la empresa el nuevo empleado con un currículum interesante. Traía buenas ideas, mejores intenciones y actitud positiva junto a las ganas de destacar. Y le pusieron en el mismo despacho que aquellos dos trabajadores que, aunque tengan la edad de jubilación bien pasada, siguen yendo a la oficina porque así cobran bastante más que la paga que les queda si cesan la actividad. Mientras que el nuevo quería ascender pronto a los puestos de dirección porque tiene planes y proyectos para ello, los otros dos ya vivieron sus mejores días en la empresa y ahora sólo se preocupan de coger los puentes y las mejores vacaciones junto a las pagas de beneficios haciendo la ley del mínimo esfuerzo.
Y eso es lo que pasó en la plaza de toros de Albacete la tarde del 12 de septiembre. Llegan las figuras y se traen sus toros bajo el brazo, con el remiendo como lógica consecuencia de tanta ida y venida de toros. Además, huyen de la competencia y da la sensación de que perdieron la ilusión y la fe hace ya demasiado tiempo. Aunque Manzanares logró un trofeo en ese primero de la tarde, la importancia de esa oreja fue escasa, manteniendo su elegancia, pero sin un ápice de exposición ni hambre de triunfo. Por su parte, Talavante tampoco es que tuviese un buen lote, ni mucho menos, pero su actitud fue muy pasiva, viendo la tarde pasar.

Manzanares abrió plaza y cortó una oreja en Albacete
Pero Juan Ortega hizo de tercero en discordia y firmó dos faenas diferentes, pero con un denominador común: querer destacar y ser distinto a sus acompañantes en el cartel. Muy templado, con detalles y lances preciosos en ese tercero, con un buen pitón derecho -al que quizás le faltó alguna serie más- como previo a una oreja. Se puso a picar piedra en ese sexto, un toro a contraestilo que iba a y venía descompuesto, y poco más pudo hacer. El resto del encierro, descastado, venido a menos y encima de correcta presentación con dos -tercero y cuarto- muy justos. La Feria suma otra anodina tarde, los días pasan y las sensaciones no cambian. Y eso no es una buena noticia para nadie.

Juan Ortega en Albacete