¿Amor y verano son compatibles? Esto nos han contado los albaceteños
Entre romances fugaces y desafíos en pareja, el verano en Albacete revela cómo el calor afecta nuestros corazones y relaciones

Esto es lo que nos dicen los albaceteños
Albacete - Publicado el
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El calor no solo sube la temperatura del aire, también la de los corazones. Con la llegada del verano, las calles y terrazas de Albacete se llenan de vida, de reencuentros y de nuevas historias. Pero, ¿son realmente compatibles el amor y el verano? Entre romances fugaces y rupturas inesperadas, la ciudad tiene mucho que decir.
Según datos recientes, el 55 % de las rupturas y un tercio de las infidelidades ocurren entre julio y septiembre, y las solicitudes de divorcio aumentan hasta un 30 % en septiembre. Para entender qué hay detrás de estas cifras, hablamos con Javier Romero, psicólogo de Web Psicólogos, y salimos a preguntar a los propios albaceteños.
El verano como cambio de ritmo
Javier lo tiene claro: “Aunque el año empiece en enero, la vida de muchos funciona de septiembre a junio. El verano es un paréntesis: salimos más, rompemos rutinas y nos atrevemos a vivir distinto.” Esto, asegura, influye directamente en las relaciones: “En verano aceptamos que todo puede ser más atrevido, y eso nos hace estar más dispuestos a comenzar historias… o a terminar las que tenemos.”
Voces de la calle
Nuestra primera entrevistada, reconoce que en verano se siente “más abierta a conocer gente”, pero añade que “las relaciones que empiezan en julio o agosto rara vez me han durado hasta Navidad”.
Por su parte, otro vecino, opina que “el verano no rompe parejas, las pone a prueba. Si hay grietas, con tanto tiempo juntos, se notan más”.
Esta ciudadana lo tiene claro: “Mi chico y yo empezamos un verano en la feria de Albacete y ya llevamos cinco años. Para mí, el verano puede ser el inicio de algo bonito.”
O este otro es más tajante: “En vacaciones te das cuenta de si quieres seguir con esa persona. En mi caso, la respuesta fue que no.”
Amores intensos, pero pasajeros
Para Javier, la mayoría de romances de verano se viven como algo pasajero. “Lo que pasa en verano suele quedarse en verano. No es malo, pero hay que saberlo para no crearse falsas expectativas.”
En cambio, en parejas consolidadas, el verano trae otro tipo de riesgo: la convivencia prolongada. “Durante el año puedes convivir una hora al día; en vacaciones, son diez días seguidos. Es ahí donde salen a la luz problemas que antes se tapaban.”
Menos tolerancia al sufrimiento
El psicólogo también señala un cambio social: “Aguantamos menos. Esto es positivo cuando hablamos de relaciones dañinas, pero también significa que a veces abandonamos antes de intentar arreglar problemas normales.”
El consejo para sobrevivir al verano
Javier insiste en que la clave es la comunicación: “El verano nos da tiempo. Aprovechémoslo para hablar, preguntar qué necesitamos y qué esperamos, y escuchar de verdad sin ponernos a la defensiva.”