Este año 2024 marca la edición número 40 de la representación por las calles de Castro Urdiales de "La Pasión Viviente". Un aniversario muy especial que volverá a congregar a miles de vecinos y turistas durante el recorrido, tanto en la noche del Jueves Santo como en Viernes Santo.

Declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional, la puesta en escena involucra a cerca de 800 actores y actrices que recorrerán lugares emblemáticos del casco antiguo, como la iglesia de Santa María, el faro o La Atalaya, donde se llevará a cabo la crucifixión.

DEBUTARÁ COMO JESUCRISTO:

El papel de Jesús de Nazaret lo interpretará por primera vez Imanol Vilella (25 años), recogiendo el testigo del castreño Alejandro Izurieta. La madre en la vida real de Imanol, Charo Castillo, hará el papel de María, mientras que la pareja de Vilella, Maider Saralegui, interpretará a Magdalena.

COPE Cantabria ha tenido la oportunidad de hablar este Jueves Santo con Imanol. Puedes escuchar la entrevista pinchando debajo de la fotografía. Lógicamente, cumple un deseo que tenía desde hace muchos años: "Desde que tenía 12 años tenía muy claro que quería participar en La Pasión Viviente. Estoy con la emoción previa de cumplir un sueño que tenía durante toda mi vida. Son momentos bonitos, no de nervios sino 'regustillo' de que llegue ya el momento y verte en escena, y sobre todo disfrutando de estas horas previas con el pueblo ya ambientado desde el lunes. Son horas realmente bonitas".

"Los ensayos han ido muy bien, y prueba de ello es la gente que te cruzas por la calle, que te da ánimos y te desea suerte; yo les digo que suerte no es lo que necesitamos, sino justicia, porque los ensayos han sido realmente buenos. Los 800 involucrados hemos hecho un trabajo muy bueno estos meses atrás y lo que queremos es que salga igual que en los ensayos. Pedimos justicia, no suerte".

PREPARACIÓN FÍSICA Y MENTAL:

Imanol se ha metido tanto en el papel de Jesucristo que desde hace mucho tiempo "en el coche ya no escucho la radio ni música... lo que escucho son los diálogos". Espera que el fuerte viento de estos días amaine en Castro Urdiales y no complique la representación que con tanto cariño y esfuerzo han preparado.

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Para él, se equipara tanto el castigo que sufrirá su cuerpo en el Vía Crucis como el emocional: "De puertas hacia fuera lo que más se ve, y es lógico, es el sufrimiento físico. Porque al final lo que representamos es real; el látigo es de verdad, no llevamos nada en la espalda como protección, la túnica es igual de fina que una camiseta y duele mucho... Duele una barbaridad".

"Sí que es cierto que el dolor de los latigazos termina pasando; sin embargo, el dolor emocional, el encontrarte en un espacio muy corto de tiempo a gente a la que quieres con un sufrimiento que es real, esa sucesión de momentos e imágenes... es lo más duro, es lo que perdura".