Este hábito veraniego tan común está destrozando tu estómago, según un experto
Altas temperaturas, comidas copiosas y descuidos en la cocina pueden arruinar tus vacaciones. Esto es lo que debes hacer para cuidar tu digestión

Santander - Publicado el - Actualizado
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En verano buscamos desconectar, relajarnos y disfrutar… pero a veces lo que acaba desconectado es nuestro sistema digestivo. Las comidas fuera de casa, los cambios de horario, el calor y ciertos descuidos pueden convertir las vacaciones en un suplicio de acidez, hinchazón, dolor abdominal o incluso intoxicaciones alimentarias.
El nutricionista Félix Ruiloba, uno de los más reconocidos de la región, ha explicado en el programa, Herrera en COPE, cuáles son los errores más peligrosos que cometemos durante el verano y cómo prevenirlos.
“La temperatura es clave”, advierte Ruiloba. “En verano hace más calor, y cuando hace calor, las bacterias crecen mejor, sobre todo en alimentos que llevan una carga bacteriana bastante alta como el pescado, el marisco o el huevo. Cuando tenemos los alimentos a temperatura ambiente, esas bacterias pueden multiplicarse. Aunque luego cocinemos el alimento y la mayoría de esas bacterias mueran, pueden haber formado toxinas que no se destruyen con el calor y que pueden dañar seriamente nuestra salud”.
Los datos respaldan esta alerta: más de la mitad de las intoxicaciones alimentarias se producen en domicilios particulares. La combinación de calor, humedad y falta de cuidados en la conservación de alimentos crea un escenario perfecto para que los microorganismos campen a sus anchas.
Pero no solo se trata de bacterias. Ruiloba advierte de otro enemigo silencioso: el “estrés digestivo”. “Hay alimentos como las frituras, el abuso de procesados y, sobre todo, el estar constantemente comiendo, que hacen que nuestro aparato digestivo no pueda descansar. Cuando está estresado, las mucosas se irritan, se dejan de producir las suficientes enzimas para digerir bien y es cuando me voy a hinchar o voy a tener incluso dolor digestivo”.
Consejos para sobrevivir al verano sin destrozar el estómago:
-Mantener una buena hidratación: beber entre 1,5 y 2 litros de agua al día.
-Evitar comer entre horas de manera constante, para que el aparato digestivo pueda descansar.
-Reducir el consumo de fritos, ultraprocesados y bebidas alcohólicas o muy azucaradas.
-Prestar especial atención a la conservación de alimentos, manteniendo la cadena de frío y evitando dejarlos expuestos a temperatura ambiente.
-Extremar la higiene en la manipulación de comidas, lavando bien frutas y verduras y evitando el consumo de huevos crudos o poco cocinados.
Por último, Ruiloba recuerda que la prevención es la mejor aliada: “El verano es para disfrutar, pero si queremos evitar que una intoxicación o un problema digestivo nos arruine las vacaciones, hay que poner un poco de cuidado en lo que comemos, cómo lo preparamos y cuándo lo hacemos”.
Porque, aunque el calor invite a la improvisación, nuestro estómago no entiende de vacaciones.