Este 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente y, como cada año, se pone el foco en los problemas que afectan al planeta y, concretamente, a nuestro entorno más próximo, con el objetivo de eliminarlos o reducir su impacto.

Coincidiendo con esta fecha, la Fundación Telesforo Bravo-Juan Coello, advierte de que el principal problema medioambiental de Tenerife es la superpoblación. "Tenemos a demasiada gente residiendo en la isla, lo que a su vez deriva en multitud de problemas, como el urbanismo desmesurado y la ocupación del territorio", dice su presidente, Jaime Coello.

Las consecuencias, a su juicio, se traducen también en "problemas de fragmentación de hábitats y de destrucción de muchos lugares que, a pesar de no estar protegidos, sí tienen un valor natural que se está perdiendo". Concretamente, pone el foco en la presión sobre la costa de Tenerife, "que es brutal en cualquier zona".

Coello es claro: "Hay que empezar a plantearse el problema de la superpoblación sin complejos y, por supuesto, dejando fuera cualquier rasgo de xenofobia". En este sentido, propone abrir el debate de las "limitaciones de residencia". "Por lo menos, en las islas capitalinas, si no queremos seguir perdiendo naturaleza... a no ser que queramos resignarnos", apunta.

Desde la Fundación también señalan al "urbanismo descontrolado", ya que "sigue sin funcionar un desarrollo territorial coordinado y continúan las agresiones al espacio". En este sentido, destaca "la implantación desordenada de energías renovables, especialmente, la eólica en Arico, donde se está ocupando cualquier centímetro del territorio, o esos proyectos hoteleros de otra época que sigue planteándose en Tenerife".

Otro problema, según Jaime Coello, es "el repunte en el abandono incontrolado de residuos y actos vandálicos o irresponsables en hábitats naturales". Según señala, es necesaria una "mayor coordinación de las empresas de gestión de residuos con las Administraciones públicas, así como un mayor impulso a las campañas de sensibilización y más facilidades para las empresas, generando ayudas o subvenciones".

En definitiva, estas cuestiones "podrían solucionarse con mayor coordinación y planeamiento entre las iniciativas públicas y privadas, sin permitir que que cada uno haga las cosas sin tener en cuenta el interés general", concluye.