La nueva baliza V16 obligatoria también genera dudas en Canarias: verdades, mentiras y claves para entenderla

La nueva baliza V16 conectada a la Dirección General de Tráfico (DGT) se ha convertido en un tema de debate recurrente entre los conductores. Este dispositivo será obligatorio a partir del 1 de enero de 2026, fecha en la que sustituirá definitivamente a los tradicionales triángulos de preseñalización como único medio legal para señalizar un vehículo inmovilizado en la calzada. Ante la avalancha de dudas y polémicas, el periodista y experto en Seguridad Vial, Bernardo Hernández, ha intervenido en el programa 'Herrera en COPE Tenerife' para arrojar luz sobre su funcionamiento, fiabilidad y las controversias que la rodean.

Una medida 'muy mejorable'

Lejos de ofrecer una defensa ciega del nuevo sistema, la primera valoración de Hernández es clara: la baliza V16 es "muy mejorable". El experto recuerda que esta situación no es nueva y traza un paralelismo con las críticas que surgieron hace 26 años con la implantación de los triángulos de emergencia. "Se produjeron las mismas críticas que ahora", comenta, señalando que muchos de los que entonces se oponían, ahora los defienden a ultranza. Para Hernández, el principal problema ha sido la comunicación, ya que considera que la DGT ha cometido un error grandísimo al no explicar el dispositivo con detalle y desde hace tiempo. "No ha hecho pedagogía, y entonces le han salido detractores de debajo de las piedras", lamenta.

La DGT ha cometido un error grandísimo de no explicarlo con detalle desde hace tiempo"

Bernardo Hernández

Periodista y experto en Seguridad Vial

Propuestas para aumentar la eficacia de la baliza

El experto no se queda en la crítica y aporta varias sugerencias concretas para optimizar el dispositivo. Una de las quejas más comunes es su visibilidad, especialmente durante el día. Hernández propone una solución tecnológica simple: "Si yo pongo un sensor o algo, que eso está más que inventado, de tal manera que por el día alumbre 10 veces más, a lo mejor el tema lo solucionamos".

Otra mejora estaría relacionada con su tamaño y altura. El experto ha observado que los modelos son cada vez más estrechos y podrían quedar ocultos por las barras que muchos vehículos llevan en el techo. Su propuesta es incluir "un prolongador que viniera de serie" para elevar la baliza unos centímetros y asegurar su visibilidad. Ante las dudas sobre su uso en coches descapotables, Hernández se remite a la normativa: el Real Decreto 159/2021 establece que "hay que ponerlo en el punto más alto posible del vehículo", por lo que confía en el buen criterio de los agentes de la autoridad para aplicar la ley con sentido común.

El gran mito: la privacidad y el rastreo de datos

La mayor polémica en torno a la baliza V16 es, sin duda, la relacionada con la privacidad de los datos. Muchos conductores temen que el dispositivo permita a la DGT rastrear sus movimientos. Hernández desmiente categóricamente este punto, explicando qué información se transmite realmente. "Lo único que se sabe es que emite una señal diciendo que ahí hay un coche que tiene un problema. Eso es lo único que se va a transmitir", aclara. Esta información, anónima y cifrada, llega a la plataforma DGT 3.0, que a su vez la reenvía a los vehículos conectados que se encuentren en la zona para advertirles del peligro.

El experto matiza que la responsabilidad de contactar con la asistencia en carretera o los servicios de emergencia sigue siendo del conductor. La baliza simplemente automatiza el aviso de la incidencia en la vía. Además, señala que si un usuario decide rellenar sus datos a través de un código QR que incluyen algunas balizas, esa información va a la empresa fabricante, no a la DGT. La propia Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha confirmado que el sistema garantiza el anonimato, ya que no se asocia a ningún dato personal del propietario del vehículo.

Con el teléfono móvil ya nos tienen localizadosen todos lados, así que no hay que alarmarse"

Bernardo Hernández

Periodista y experto en Seguridad Vial

Para poner la cuestión en perspectiva, Hernández hace una comparación directa con un dispositivo que todo el mundo lleva encima. "Con el teléfono móvil ya estamos seguidos en todos lados", afirma, recordando cómo una simple búsqueda en internet sobre un producto desata una oleada de anuncios relacionados. Este seguimiento, mucho más preciso e invasivo, está socialmente aceptado, lo que hace que el temor a la baliza V16 parezca desproporcionado.

El sistema se complementa con otra tecnología ya presente en muchos coches: el sistema eCall. Obligatorio en todos los vehículos nuevos homologados en Europa desde 2018, este botón de SOS contacta directamente con el centro de emergencias 112 más cercano. Puede activarse manualmente por el conductor o de forma automática en caso de un accidente grave, como el despliegue de los airbags, añadiendo una capa extra de seguridad que, según Hernández, también es una gran desconocida para el público.

Finalmente, el experto aborda la cuestión del precio. Desglosa el coste del dispositivo, que ronda los 50 euros, a lo largo de sus 12 años de vida útil de la conexión de datos. El cálculo arroja una cifra casi simbólica: "El coste es de un céntimo al día". Ante este dato, concluye que, aunque no esté totalmente de acuerdo con todos sus aspectos, la inversión es mínima comparada con el beneficio potencial en seguridad y, sobre todo, con la obligación legal de llevarla. A pesar de sus carencias, la recomendación es clara: hay que adquirirla.