La desescalada traerá turistas a las Islas, que llenarán los hoteles y que consumirán en los restaurantes. Sin embargo, aunque la mayoría de los titulares han ido para la lucha que mantienen los hoteleros por la prolongación de los ERTE turísticos, las camareras de piso han comenzado a movilizarse para reclamar un protocolo claro.

Así, la presidenta de Kellys Tenerife, Mónica García, señala en los micrófonos de COPE Canarias, que desconocen que protocolo se va a poner en marcha en caso de que un huésped de positivo en COVID-19, porque “esta es la parte que nadie aborda”. Desde la asociación creen que “debería ser alguien que no tenga posibilidad de contraer la enfermedad”. Por otro lado, creen que sería muy complicado poder limpiar con todo el equipo de protección necesario, porque hacerlo en Canarias, donde en ocasiones se superan los 40 grados de temperatura, “es impensable”.

“VENDER” UN DESTINO LIMPIO

Por otro lado, en esta situación en la que cada vez se le da más importancia a la limpieza, García apuesta porque esto se “venda” al turista y sirva para atraerlo. Sin embargo, aunque las kellys reconocen la predisposición de las ministras de Trabajo, Yolanda Díaz, y de Igualdad, Irene Montero, apunta que entienden el problema y se solidarizan con su situación, aunque no le han dado ninguna solución, y que es un “tema cambiante”.

Otra de las peticiones ha sido que se tenga en cuenta la carga laboral -unas 25 habitaciones por trabajadora al día- a la hora de activar protocolos se seguridad para la reapertura, donde los procedimientos y ritmos de trabajo "estén establecidos como norma obligatoria de prevención" y que eliminen la "sobrecarga de trabajo" debido a la utilización de equipos de protección individual (EPI) y que la limpieza debe ser mas exhaustiva.

En otras ocasiones, el cierre obligado de los hoteles ante el estado de alarma repercute en estas empresas de servicios que, ante el cese de actividad, extingue todos los contratos (algunos indefinidos, pero la mayoría temporales). De este modo, la "gran parte" de las kellys se van al paro y, al no ser personal fijo, no entran en el Expediente de Regulación de Empleo Temporal (ERTE) que aplique el hotel a causa del COVID-19.