Miren anda la sanidad publica en Canarias patas arriba, con la convocatoria de huelga de los médicos para el próximo 12 de febrero, y con un monumental cabreo de los galenos a cuenta de la OPE convocada por la consejería de sanidad del Gobierno de Canarias, que no soluciona de ningún modo el problema que tienen los facultativos.

Entiendo que los pormenores del asunto pueden resultar ciertamente farragosos para el común de los mortales que no están escuchando pero quédense con algunos datos que ustedes podrán fácilmente comprender. El primero de ellos es, sin lugar a dudas, el de la temporalidad. Desde mi humilde opinión es completamente incomprensible que el 60% de los médicos del HUC no tengan un contrato fijo.

Se supone que con esta convocatoria de oposiciones propuesta esa temporalidad se reducirá al 41% en el HUC y a un 28% en el HUNSC, pero especialmente en el primero esa cifra de temporalidad sigue siendo demasiado alta, y lo que acaba provocando, es la fuga de buenos especialistas a otros centros hospitalarios con mejores condiciones. Algo rotundamente inaceptable si queremos mantener los estándares de una sanidad pública moderna y efectiva.

Lectura aparte merecen las listas de espera, fundamentalmente las quirúrgicas, que nos sitúan como el peor sistema sanitario del estado español. Una situación, que junto a la OPE, ha colocado en el disparadero a la consejera de sanidad Teresa Cruz Oval, principal víctima del pim pam pum de estos días, y cuya cabeza pende en estos momentos de un hilo.

Miren, honestamente creo que si jurídicamente es posible, hay que cambiar las bases de esta convocatoria de oposiciones ya , terminar con la marginación histórica que por cuestiones heredades sufre el HUC y escuchar un poco más la opinión de los médicos.

Con respecto a la consejera, teniendo en cuenta que ninguno de los antecesores en el cargo de diferente color político ha dado con la tecla creo que merece un margen temporal de confianza, por más que la decisión corresponda a Ángel Víctor Torres.