La situación de la juventud en Canarias: "Tuve que dejar mi tierra para encontrar lo que aquí me negaban"
La investigadora Carla Vázquez Martel asegura que al principio tuvo "vertido" pero con el tiempo se ha adaptado

Clara Vázquez Martel
Gran Canaria - Publicado el - Actualizado
2 min lectura
Juventud, divino tesoro... Un fragmento de un poema que hoy suena a sarcasmo para muchos jóvenes canarios debido a la falta de oportunidades que hay en las islas. Lejos de vivir los días más libres y prometedores de su vida, se enfrentan a una situación cada veza más dura: precariedad laboral, sueldos bajos, alquileres imposibles y oportunidades que escasean. Vivir en Canarias o incluso en España se ha convertido, para una buena parte de la juventud, en un acto de supervivencia.
A pesar de que los datos del paro arrojan que las cifras de paro juvenil bajan hasta su mínimo histórico, no deja de ser un titular atractivo porque si entramos a leer la letra pequeña nos topamos con un mercado laboral dominado por contratos temporales, trabajos sin futuro y sueldos que no permiten cubrir lo más básico, si a esto le sumamos el incremento de la costa de la vida con la cesta de la compra más cara de España, simplemente el futuro no es muy alentador, más bien todo lo contrario.

Fuga de cerebros
Me fui a Alemania con 18 años porque las oportunidades allí eran mayores para investigar que las que tenía aquí
La emancipación se ha vuelto un sueño inalcanzable. Muchos viven con sus padres, otros simplemente se van con la consiguiente incoherencia de formar a jóvenes con el dinero del erario público, pero tener que desplegar ese conocimiento y talento fuera de nuestras fronteras. Un caso claro es el de Clara Vázquez, investigadora de materiales, que pasó por los micrófonos de Herrera en COPE Gran Canaria: "Me fui a Alemania con 18 años porque las oportunidades allí eran mayores para investigar que las que tenía aquí", reconoce que no fue una decisión fácil: "como era muy joven, iba ilusionada y al estar acompañada de mis padres, no me fue difícil adaptarme, el vértigo me llegó más tarde, cuando mis padres se marcharon y que quedé sola".
Tengo muchos amigos y amigas que han tenido que salir de canarias
Desplazarse a otro país con costumbres totalmente diferentes a las adquiridas no es sencillo:" Aquí las relaciones personales son difíciles, pero la oportunidad de crecer profesionalmente no se puede comparar". Clara no se fue por capricho, sino por necesidad: "el sueldo en España es ínfimo, aquí también el precio de la vivienda es alto, pero el salario es alto y podemos hacer frente a una vivienda", reconoce que vive con su pareja, pero asegura que "en España sería impensable emanciparme", aun así no olvida sus raíces "me gustaría muchísimo, me parece incluso interesante trabajar en Canarias, pero a día de hoy sería poner mi carrera en peligro".
Como ella, son cientos los jóvenes que cada año hace las maletas "tengo amigos y amigas en prácticamente toda Europa que han tenido que hacer lo mismo que yo", pero no por no amar a su tierra. sino porque quedarse significa renunciar a su futuro.