La lucha de Javier por una vivienda accesible: “Buscar piso en silla de ruedas es casi imposible”
Javier Castañeda, de 37 años y con un 85% de discapacidad, busca una vivienda accesible. Una odisea marcada por la falta de adaptación y precios prohibitivos

Javier Castañeda
Gran Canaria - Publicado el
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Encontrar vivienda es ya de por sí un reto en el mercado actual, pero para personas con movilidad reducida, la situación se convierte en una carrera de obstáculos casi infranqueables. Este es el caso de Javier Castañeda, un vecino de Las Palmas de Gran Canaria, de 37 años, que va en silla de ruedas y tiene reconocida una discapacidad del 85%. Lleva tiempo intentando encontrar un piso en el que poder vivir de forma autónoma, pero las condiciones que se encuentra son, según él mismo relata, “de chiste”.
“La complicación es bastante grande, porque todos sabemos cómo está el tema de la vivienda últimamente, lo prohibitivos que son los precios, y luego están las condiciones. De cada diez pisos, solo puedo acceder físicamente a dos. A veces ni eso”, ha contado Javier en los micrófonos de Herrera en COPE Gran Canaria, quien denuncia la falta de accesibilidad tanto en viviendas nuevas como en las ya construidas.
La complicación es bastante grande, porque todos sabemos cómo está el tema de la vivienda últimamente, lo prohibitivos que son los precios
Viviendas adaptadas
Uno de los principales problemas está en los accesos: portales con escalones, rampas mal diseñadas o inexistentes, ascensores que no cumplen la normativa, y pasillos estrechos que hacen imposible la movilidad en silla de ruedas.
“Yo muchas veces voy a visitar a un amigo y ya el acceso es difícil. Y dentro del piso, el baño o los pasillos no están pensados para alguien como yo. A veces digo en broma: ‘una manita no me va a venir mal porque la silla no entra’”, comenta entre resignación e ironía.
El baño o los pasillos no están pensados para alguien como yo. A veces digo en broma: una manita no me va a venir mal porque la silla no entra
Javier es plenamente consciente de que, incluso si logra encontrar una vivienda, probablemente tendrá que acometer reformas importantes para adaptarla. Los costes, sin embargo, son otra barrera. El Gobierno de España ofrece una ayuda de hasta 15.000 euros para adaptar viviendas a personas con discapacidad, pero él lo considera insuficiente.
“Depende del estado del piso. Si solo tengo que cambiar el interior del baño, puede que me alcance. Pero si tengo que quitar el lavamanos, el mueble, romper, instalar uno nuevo… solo el baño se lleva la ayuda entera. Y eso sin contar la cocina. Adaptar una casa entera supera con creces esa cantidad”, denuncia.
Universalizar las viviendas
Por eso, Javier lanza una petición clara: que se diseñen y construyan viviendas accesibles desde el principio, no como excepción, sino como norma. “Lo que pido es que se universalicen las viviendas, porque hoy soy yo el que tiene esta necesidad, pero mañana puede ser cualquier otra persona. La accesibilidad debería ser un derecho básico, no un lujo ni una obra pendiente”.
Su testimonio deja al descubierto una realidad ignorada por muchos: la vivienda no es igual para todos, y para quienes viven con discapacidad física, el acceso digno a un hogar aún está lleno de barreras invisibles pero muy reales.