El grito de una autónoma canaria al límite: "Estoy agotada, desfallecida, mi cuerno no aguanta más"
La dueña de un restaurante en Artenara, Gran Canaria, lucha contra la depresión, las deudas y la sobrecarga laboral, mientras cuida de su madre y sus empleados
Gran Canaria - Publicado el - Actualizado
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La hostelera Juana Teresa ha relatado en Herrera en COPE Gran Canaria el calvario que vive desde que fue diagnosticada con una depresión el pasado junio. La sobrecarga de trabajo, las deudas con la administración y la incertidumbre económica la han llevado a una situación límite en la que, asegura, se siente "agotada y desfallecida", pero sin poder permitirse coger una baja.
Un detonante y la caída en picado
Todo se precipitó con la llegada de la temporada baja y las primeras dificultades económicas para afrontar los pagos. Un retraso de una semana en la nómina de una empleada desencadenó, según su testimonio, "amenazas" y una campaña de desprestigio en redes sociales. "Esa llamada fue un jueves", ha explicado, "y el viernes a las 8:20 de la mañana me desperté con un ataque de pánico terrible".
Este episodio la llevó a una consulta de urgencia con un psiquiatra, quien le recetó una "medicación superfuerte" y le recomendó la baja laboral un consejo que también recibió de su endocrino y su médico de cabecera. Sin embargo, su condición de autónoma y la responsabilidad sobre su negocio y sus empleados le impidieron parar.
Entrevista Juana Teresa
La medicación era tan fuerte que me sentía una zombie"
Autónoma y hostelera
Los efectos secundarios del tratamiento no tardaron en aparecer, afectando su día a día de forma dramática. "La memoria, pareces un zombie", ha confesado, describiendo pérdida de estabilidad y de masa muscular. El impacto más duro fue la pérdida de control de los esfínteres: "Era como un niño pequeño".
Entrevista Juana Teresa
Trabajar sin descanso entre crisis personales
A su delicado estado de salud se sumó una cadena de imprevistos laborales. Tuvo que cubrir la baja de un cocinero durante 15 días y, posteriormente, la de una camarera que sufrió un esguince. "Yo no he tenido días libres prácticamente ninguno desde junio", ha lamentado, viéndose obligada a pasar de la cocina a la sala para mantener el restaurante en funcionamiento.
No he tenido un día libre desde junio. Estoy perdida"
El punto de inflexión llegó cuando su madre, de 96 años, sufrió un ictus. Juana Teresa tuvo que compaginar el trabajo con los cuidados en el hospital, turnándose con su hermana. Fue durante uno de esos turnos cuando sufrió otra "crisis de pánico" que tuvo que ser atendida en el propio centro hospitalario. "Estoy perdida", ha admitido sobre su estado anímico actual.
La trampa de ser autónomo
Cerrar el negocio no es una opción. "Es mi sustento y el de cuatro familias más", ha subrayado. Sin embargo, los ingresos apenas cubren los gastos y ha acumulado deudas con la Seguridad Social y Hacienda, a la que debe unos 20.000 euros. "Soy morosa de la seguridad social y de hacienda", ha reconocido, lo que le impide solicitar ayudas y la deja en un callejón sin salida: "Estás todo el día apagando fuegos".
Juana Teresa también ha criticado las dificultades estructurales que enfrentan los pequeños negocios como el suyo, ubicado en un pueblo de unos 1.000 habitantes. Considera que el convenio de hostelería es "desproporcionado" para su escala y denuncia la imposibilidad de contratar sustitutos de urgencia para bajas imprevistas durante el fin de semana, ya que "la asesoría está cerrada" y no puede dar de alta a un nuevo trabajador.
A pesar de todo, se aferra a su "fuerza y resiliencia" para seguir adelante. Su única petición a la administración es que le permitan saldar sus deudas "poco a poco". Finalmente, ha hecho un llamamiento a otros autónomos: "Que hagamos más piña, que hagamos una asociación, algo tenemos que hacer y apoyarnos los unos a los otros".
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.