El Museo Arqueológico de Asturias presenta la espada de Sobrefoz, un objeto único en el repertorio de la Edad de Bronce asturiana. La pieza ha sido donada por Victoria Blanco del Dabo, junto con diversos últiles de piedra de distintas procedencias. Una pieza que se estima se enmarca en la cronología a partir del año 1.100 a.C., destacando reiteradamente su carácter atlántico por sus parelelismo con piezas halladas en Galicia, el occidente de Francia y las islas británicas. Ahora, con su llegada al Museo, esta valiosa pieza podrá someterse a estudios tipológicos y metalográficos que aporten datos hasta ahora desconocidos. Del mismo modo, se abre la posibilidad de profundizar en el conocimiento de las técnicas metalúrgicas practicadas durante la Edad del Bronce en Asturias, y de verificar si los armeros que la fundieron y forjaron utilizaron el cobre que durante siglos proporcionaron las minas de El Aramo o El Milagro a los artesanos prehistóricos.

La espada fue decubierta en 1878 en una cuerría del pueblo de Sobrefoz, en Ponga, y se identifica como perteneciente a la familia de las espadas con lengüeta tripartita y , dentros de ellas, al grupo de las pistiliformes atlánticas. La pieza estuvo muchos años perdida hasta que en 1998 fuer redescubierta por Maximino Blanco de Dago, uno de los grandes coleccionistas del patrimonio cultural asturiano, al realizar unas reformas en una vivienda próxima al palacio de Labra, casdad familiar de Soto Cortés, y que el propietario utilizaba para cortar “maizón”, cuestión que a Blanco de Dago le llamó la atención. La voluntad de donar la espada al Museo Arqueológico es una decisión de su hermana María Victoria Blanco de Dago para preservar el valioso bien arqueológico y ponerlo a disposición para la investigación y también para el disfrute de la ciudadanía. Ahora, con su entrada en el Museo, se facilitará el estudio de las técnicas metalúrgicas de aquel período de la historia.