“La única medida eficaz para frenar el coronavirus en estos momentos sería un nuevo confinamiento domiciliario”. Así de rotundo se manifiesta el neurólogo José Antonio Vidal, presidente de la sección de atención especializada del Sindicato Médico Profesional de Asturias (SIMPA).

Vidal, que insiste en aclarar que expresa una opinión personal, no la postura oficial de su sindicato, pone en duda la eficacia de las nuevas medidas aprobadas este lunes por el gobierno asturiano y que incluyen el adelanto del toque de queda a las 10 de la noche y el cierre de los establecimientos comerciales y locales de hostelería a las ocho de la tarde.

“Acortar en una hora el toque de queda...no pasa nada. La gente se sigue contagiando antes del toque de queda”, asegura Vidal, para el que la reducción de horarios en la hostelería tiene aún menos sentido. Teme que cerrar “sitios que sí cumplen las medidas de seguridad”, lo que hará es “favorecer que la gente se reúna donde no se cumplen”.

Descartada la posibilidad de un nuevo confinamiento, que depende del gobierno central, José Antonio Vidal da por hecho que la incidencia del coronavirus seguirá creciendo en Asturias durante los próximos días, confirmando la “tercera ola” de la pandemia.

“El virus seguirá difundiéndose y en un par de semanas, aproximadamente a primeros de febrero, volveremos a tener un pico”, asegura, “confiemos en que sea un poco menor que el de la segunda ola”.

En cualquier caso, a solución definitiva de la pandemia pasa por la vacunación generalizada de la población, una vacunación que José Antonio Vidal defiende con rotundidad. “Hay que vacunarse, no queda otra”, insiste, “es necesario vacunarse por dos motivos: reducir el riesgo personal de coger la enfermedad y contribuir a la inmunidad de grupo”. Sólo espera que, con la llegada de nuevas vacunas, la campaña pueda agilizarse en las próximas semanas y llegar, cuanto antes, a toda la población.