Asturias acoge con prudencia el informe que cuestiona la viabilidad del acero verde en Europa: 'Estamos bien posicionados'

Desde UGT recuerdan que ya están en marcha las obras de la acería de horno eléctrico en Veriña y la consejera de Transición Ecológica confía en que ArcelorMittal ejecute, también, la planta DRI

Hornos Altos de ArcelorMittal en Gijón
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COPE Asturias

Asturias acoge con prudencia el informe que cuestiona la viabilidad del acero verde

Fernando Díaz

Oviedo - Publicado el - Actualizado

5 min lectura

El futuro de la principal industria asturiana, ArcelorMittal, se complica. A las dudas y retrasos que la multinacional siderúrgica viene mostrando sobre el plan de descarbonización de sus plantas en el Principado se suma ahora el informe elaborado por Mario Draghi sobre la competitividad de Europa.

El ex presidente del Banco Central Europeo cuestiona la viabilidad de la producción de acero verde en Europa que, aun ejecutando las inversiones previstas, sería un 17% más caro que el que se podría conseguir en países como Estados Unidos o Arabia Saudí.

Draghi considera que tecnologías como la del hidrógeno no están suficientemente maduras y sus costes no son, aún, competitivos. Argumentos similares a los que viene utilizando Arcelor para retrasar sine die sus inversiones en Asturias.

Este nuevo informe ha sido acogido con preocupación por los trabajadores de la siderúrgica en Asturias, aunque Raúl Cueto, de la sección sindical de UGT, intenta ser optimista.  Y es que, pese a que la planta de Reducción Directa de Hierro (DRI) que debería sustituir a los hornos altos sigue sin fecha, cree que aún hay margen: La vida útil del Horno A finaliza en 2025, pero la del Horno B llega hasta 2030, a lo que hay que sumar que la nueva acería de horno eléctrico de Veriña ya está en ejecución.

"Potencialmente nosotros estamos bien posicionados", explica Cueto, recordando que "ya tenemos una inversión que está en ejecución, el horno hibrido de la acería de Gijón, y se está trabajando en el proyecto de un horno eléctrico para la de Avilés.  Luego sí, es verdad que lo del DRI está yendo un poco más lento, porque lo del hidrógeno verde va más más lento de lo que se creía en un principio". 

Mensaje de prudencia que comparte la consejera asturiana de Transición Ecológica, Nieves Roqueñí, quien confía en que la multinacional ejecute, finalmente, esta planta DRI en Gijón, para la que ya hay comprometidos 450 millones de euros en ayudas públicas

"A nadie se le escapa que la situación global es complicada y eso lleva a las empresas a que dilaten la toma de decisiones, particularmente en Europa", asegura Roqueñí, recalcando que  el objetivo es que Asturias siga contando con una siderurgia integral.

La consejera ha recalcado que las administraciones están ofreciendo todos los "apoyos" financieros y administrativos para que la empresa "siga adelante con los planes anunciados" y ha pedido mantener la "prudencia" sobre este asunto.

Mario Draghi en la presentación del informe sobre la competitividad de Europa

EFE/EPA/Olivier Hoslet

Mario Draghi en la presentación del informe sobre la competitividad de Europa

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El ex primer ministro italiano Mario Draghi presentó este lunes un informe sobre el futuro de la competitividad europea en el que urge a acometer un "cambio radical" en la Unión Europea para impulsar su crecimiento y seguir plantando cara a Estados Unidos y China en un entorno internacional más competitivo e inestable.

Europa se queda atrás

Las recomendaciones de Draghi, elaboradas a petición de la Comisión Europea, llegan en un momento de creciente preocupación en la UE por la pérdida de terreno frente a China y, sobre todo, con Estados Unidos, con quien la brecha de PIB se ha duplicado en los últimos veinte años.

A la baja productividad de la economía europea, se suma ahora el aumento de la inestabilidad geopolítica con conflictos en sus fronteras, las políticas cada vez más asertivas de potencias rivales para aumentar su competitividad a base de subsidios o barreras comerciales, y una población europea envejecida como barreras para el crecimiento.

Una triple transformación

Para afrontar lo que considera un "desafío existencial", Draghi propone una "nueva estrategia industrial" que permita actuar en tres frentes clave para mejorar la competitividad y productividad europeas: acelerar la innovación, abaratar los precios de la energía y aprovechar las oportunidades industriales de la descarbonización, y reducir las dependencias estratégicas de terceros y reforzar la seguridad.

Brecha de innovación

Europa necesita con urgencia elevar el crecimiento de la productividad y resolver sus bajos niveles de innovación en comparación con otras potencias, en especial con Estados Unidos y China, y en sectores concretos como las tecnologías digitales.

Draghi señala que Europa ya se encuentra rezagada en campos como los servicios en la nube o la inteligencia artificial y por eso ve esencial aumentar la inversión en investigación y desarrollo, consolidar las universidades a la vanguardia de la investigación, facilitar el crecimiento de empresas innovadoras o facilitar la gestión de derechos de propiedad intelectual.

Descarbonización y energía

El italiano defiende que el proceso de descarbonización debe ser una "fuente de crecimiento" y, para conseguirlo, será vital "reducir el coste energético para los usuarios finales" - por ejemplo, desplegando políticas que desvinculen en mayor medida el precio del gas natural del de las energías limpias - y poniendo el foco en redes europeas.

Además, el bloque necesita acelerar la transición de manera eficiente y "neutral" con respecto a las tecnologías a utilizar, que deberían incluir tanto la renovables como la nuclear, el hidrógeno o la bioenergía, así como soluciones para la captura de carbono y el almacenamiento.

Seguridad y dependencias

Draghi insta a Europa a reducir su dependencia y vulnerabilidad en el acceso a materias primas clave para la transición verde y digital, campo en el que existe una "carrera global" para asegurarse acceso a las cadenas de suministro de productos vitales, por ejemplo, para la industria de automoción o de tecnologías limpias.

Y sugiere a la UE desarrollar "una verdadera política exterior económica" gracias a lo que llama "diplomacia de los recursos", pero sin olvidar el "potencial" interno disponible a través de actividades como la minería, el reciclaje y la innovación de "materiales alternativos".

Inversiones "enormes"

Acometer esta transformación requeriría que la UE invierta cada año entre 750.000 y 800.000 millones de euros adicionales, el equivalente a entre el 4,4 % y el 4,7 % de la UE en 2023 o más del doble de lo que destinó el Plan Marshall estadounidense a reflotar la economía europea tras la II Guerra Mundial.

Draghi aboga por favorecer la movilización de inversión privada con una mayor integración de los mercados de capitales, ahora fragmentados por las diferencias nacionales en materia de fiscalidad, supervisión o insolvencia, pero advierte de que será necesario apoyo público.

En este sentido, llama a financiar de forma conjunta inversiones en bienes públicos comunes, como interconexiones energéticas o equipamiento de defensa, y defiende que podría emitirse deuda pública europea como se hizo con el fondo de recuperación poscovid, aunque con "salvaguardas".

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