La Policía Nacional dona a la Cocina Económica de Oviedo alimentos incautados en una operación por robo

La Cocina Económica de Oviedo recibe una donación muy especial: alimentos, enseres básicos y productos para bebés procedentes de una incautación policial. Lo que fue fruto de un delito se convierte en una ayuda directa para quienes más lo necesitan. La Jefatura Superior de Policía de Asturias destina estos productos a una causa social, reforzando su compromiso con la comunidad y demostrando que también desde la seguridad se puede construir solidaridad.

Entre los artículos entregados hay alimentos frescos, productos no perecederos y artículos de primera necesidad que permiten reforzar los menús y la atención diaria de la institución. Una acción que transforma una operación policial en una oportunidad para apoyar a las familias con más dificultades.  

 De la incautación a la ayuda  

El portavoz de la Jefatura Superior de Policía de Asturias, Ignacio de la Torre, explica que esta iniciativa busca dar un destino útil y solidario a los bienes recuperados tras un robo. El procedimiento se activa una vez que los artículos están en condiciones y cuentan con la autorización judicial para ser aprovechados con fines sociales.

“Una vez completadas las gestiones judiciales, los agentes destinan estos artículos, compuestos por alimentos frescos y no perecederos, a una causa solidaria, convirtiendo lo que fue fruto de un delito en una ayuda directa para quienes más lo necesitan”, explica.  

Con este tipo de actuaciones, la Policía Nacional refuerza su papel como agente de apoyo social, garantizando que los bienes recuperados reviertan en beneficio de la ciudadanía.  

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Jefatura Superior de Policía de Asturias

Donación de la Policía Nacional a la Cocina Económica de Oviedo

 “Nos vino de fábula”  

Desde la Cocina Económica, Eva Valdés, trabajadora del centro, ha contado en COPE Asturias que la llegada de productos infantiles ha venido “como anillo al dedo”, ya que en su despensa apenas quedaban artículos de ese tipo. “Nos trajeron cosas de bebé y es verdad que nos vino bien. Potitos, pañales, toallitas húmedas, esas cosas. Como damos familias los martes y los jueves, la mayoría tienen niños. Y claro, la cosa está más bien fastidiada, entonces nos vienen de fábula esas cosas”, ha explicado.  

Estos productos se suman a las aportaciones habituales que permiten mantener la atención a decenas de familias con niños pequeños, muchas de ellas en una situación económica complicada.  

 Más jóvenes  

La trabajadora de la Cocina Económica confirma también un cambio en el perfil de quienes acuden al comedor. Cada vez hay más jóvenes y más personas con empleo, pero con ingresos que no alcanzan para cubrir los gastos básicos. 

“Muchísima gente joven, muchísima, demasiada. Vienen los habituales, los que viven en la calle, pero también jóvenes que están trabajando y que, con los precios del alquiler, no les queda para comer. Es un cúmulo de circunstancias”, señala.

La institución sirve unas 160 comidas diarias, 200 los fines de semana y alrededor de 100 cenas, cifras que reflejan hasta qué punto sigue siendo imprescindible su labor.  “Después del verano siempre empiezan a crecer las cenas poco a poco. Normalmente tenemos unas 160 comidas por día, 200 el fin de semana y cenas sobre 100. Más o menos parecido, pero siempre aumentando”, ha contado.

La Cocina Económica de Oviedo, con más de un siglo de historia, continúa siendo un referente de apoyo y solidaridad. Y la colaboración de la Policía Nacional demuestra que incluso lo que surge de un delito puede transformarse en una ayuda directa y valiosa para quienes más lo necesitan.