"Perdí mi trabajo después de 30 años cotizados y me vi durmiendo en la calle": la historia de uno de los usuarios del Albergue Covadonga que iban a ser trasladados al Hogar de San José
Este gijonés de 57 años asegura en COPE que "respeta" la opinión de los vecinos que se oponen al traslado; pero cree que es por un "desconocimiento importante" de cómo funciona el albergue, donde vive desde hace un mes

Un hombre leyendo una edición en miniatura | Pixabay
Asturias - Publicado el
2 min lectura1:53 min escucha
Se podría llamar Andrés, Manuel o Ernesto. Prefiere no decir su nombre, pero sí que es de Gijón y que tiene 57 años. También que llegó al Albergue Covadonga de Gijón, un centro de atención a personas en situación de sinhogarismo, a finales de octubre, cuando se vio en la calle; tras agotar sus ahorros.
Atrás hay una historia y una trayectoria laboral como comercial como la de cualquier persona, con más de 30 años cotizados, que dio un giro de 180 grados hasta llevarle a su situación actual.

Oficina del Servicio Público de Empleo del Principado de Asturias
Una enfermedad diagnosticada hace unos años fue el punto de inflexión que lo cambió todo: "Yo en mi vida pensé que podía pasar algo así", ha confesado. Tras la enfermedad, se quedó en el paro. Y, una vez agotada la prestación y con un subsidio de 480 euros, pagar el alquiler de una habitación se volvió imposible, abocándole a dormir en la calle,
La llegada al albergue
Sin una red familiar en la que apoyarse, acudió a los Servicios Sociales, que le indicaron que su única opción era el Albergue Covadonga. Tras dos noches recibiendo la ayuda del recurso ‘Calor y Café’ del albergue, quedó una plaza en libre en el régimen de 'residencia' y pudo instalarse.
En mi vida pensé que a mí me pudiera pasar algo así; pero la realidad es que cualquiera puede acabar aquí"
Usuario del Albergue Covadonga de Gijón
Un día a día marcado por la rutina
Su jornada en el centro está marcada por un horario estricto. Se levanta a las siete de la mañana, desayuna a las ocho y media, y dedica gran parte del tiempo a una de sus pasiones, la lectura, además de ver un poco la televisión, y algún paseo por las mañanas y por las tardes. Tras la cena, se acuesta pronto: "Es una vida muy tranquila", explica.

Un hombre sujeta un libro, sentado entre la naturaleza
En el albergue, ha encontrado un apoyo fundamental en los trabajadores, cuya labor califica de "vocacional". Aunque no sea un apoyo psicológico formal, destaca que "todo el mundo tiene una palabra de cariño para ti, y te pregunta cómo vas".
Hay desconocimiento sobre lo que pasa dentro del albergue; le diría a los que tengan duda, que vengan y vean cómo funciona realmente"
Usuario del Albergue Covadonga de Gijón
Un mensaje para los vecinos
Ante la polémica generada por el rechazo de algunos vecinos al traslado temporal -mientras duren las obras del albergue- de los 55 usuarios que están en régimen de residencia al Hogar de San José, en El Natahoyo, se muestra respetuoso pero tajante.
Considera que existe "un desconocimiento importante de lo que es el albergue" y cree que muchas opiniones se basan "por lo que pasa alrededor ", aunque él, en el mes que lleva allí, no ha visto "ningún conflicto". Por ello, no duda en afirmar: "Lo que les diría a los vecinos es que, el que tenga duda, venga un día al albergue y vea realmente cómo funciona".

Entrada al Albergue Covadonga, en Gijón
Le extraña esta reacción en una ciudad que siempre ha considerado "absolutamente acogedora". Recuerda además que el traslado se debe a que "este edificio es muy antiguo, con mucho uso y, obviamente, necesita una remodelación". Su testimonio es la prueba de que cualquiera puede verse en una situación similar: "Aquí la realidad es que puede caer cualquiera", concluye.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.



