Javier Dorado ha sido el protagonista este viernes en Deportes COPE Asturias antes del Mallorca-Sporting del domingo. El exintegrante de los dos equipos vive en Palma, donde regenta un negocio que también sufre por las consecuencias de la pandemia. En el recuerdo siempre está Gijón: “Fue mi mejor etapa como profesional. Estuve allí cuatro años, los entrenadores contaron siempre conmigo. Faltó ascender, pero estuvimos siempre arriba. Me sentí muy cómodo, muy querido por todo el mundo. El recuerdo que tengo es que todo el mundo me trató muy bien, un recuerdo imborrable”.

Sobre los rivales del domingo, Dorado destaca que son “dos equipos muy serios. Se han metido arriba y estar ya ahí es muy importante, la cosa pinta bien para el Mallorca y el Sporting”. De los locales destaca su gran capacidad defensiva: “Mantiene el bloque del equipo que subió y que bajó después. Aunque hayan cambiado de entrenador, la base de un equipo es lo importante y por eso a nivel defensivo están tan fuertes”.

Del Sporting destaca que “hay gente joven de calidad, muy válida”. Pero recuerda: “Muchas veces, en los equipos, un par de jugadores con nombre, con más experiencia, aunque no estén bien, dentro de un vestuario o del campo se nota. Si tienen bajas importantes, al Sporting le costará. La clave es que los jugadores con ficha del primer equipo aguanten sin lesiones y que el Sporting no se descuelgue de la zona alta”.

En su etapa de rojiblanco, entrenado por Marcelino García Toral, Dorado conoció de cerca la impotencia de un ascenso frustrado en los últimos metros. “Estuvimos muchas jornadas en ascenso, con mucha distancia sobre los rivales. Ese año, después de tanto tiempo en Segunda, todos (jugadores, aficionados, periodistas) teníamos demasiado entusiasmo y nos sobrepasó el momento”, reconoce.

Uno de los tres hijos de Javi Dorado, el mayor, es gijonés de nacimiento. Juega en el Baleares de Liga Nacional Juvenil. “Es de primer año y los compañeros son mayores. Lo juega todo, de lateral derecho y a veces en la izquierda, y de momento no lo hace mal”, dice el padre. Los campos de fútbol de Mallorca le reúnen, “de vez en cuando”, con Rafel Sastre. “Él tiene un niño que juega de maravilla en el Mallorca. A veces se enfrenta a mi hijo mediano y entonces nos juntamos”. El Sporting y Asturias, en más de una ocasión, centran las charlas de los dos laterales de profesión.