Fue una primera mitad desordenada, sin tensión, con Djurdjevic, Dani Martín y Robin Lod sosteniendo el empate. Pero en el minuto 20 de la segunda parte nadie imaginaba el descalabro final del Sporting. Los jugadores presionaban, jugaban en campo rival y se habían adelantado de nuevo en el marcador. Lod hizo su segundo gol después del descanso, en una jugada de un talento que contrastó con los mediocres últimos minutos del Sporting.

Los rojiblancos son un equipo endeble, sin un ápice de gen competitivo en el mes de mayo. Fue empatar el Zaragoza y el conjunto gijonés desapareció, ya sin respuesta, porque, como explicó después José Alberto López, "ya solo queda seguir peleando para intentar acabar lo más arriba posible, sin ninguna opción de play off". Sin nada por lo que luchar, la caída del Sporting tiene un riesgo de consecuencias inciertas, con dos partidos en El Molinón contra rivales que quieren jugar en Primera.