“Duelen las piernas, la espalda, todo”. Iván García Cortina se recupera de la exigente París-Roubaix. Una radio estropeada, el cambio electrónico roto, pinchazo con la segunda bici. El ciclista asturiano recibió la crueldad del pavés cuando sus opciones crecían para ganar. Es su carrera favorita, la que un día pretende conquistar. “Llegas destrozado a la meta, pero inmediatamente piensas en el año que viene, en mejorar”, asegura Cortina en una entrevista en 'El Partidazo de COPE'.
El ciclista gijonés afronta las consecuencias de la rudeza de los adoquines. “Es un dolor diferente. Estás rebotando todo el tiempo, el cuerpo no está acostumbrado y lo pagas en los días siguientes. Lo que más duele, sin duda, son las muñecas”. A Cortina se le ve cada día más cerca de una victoria de prestigio. Si por él fuera, elegiría la París-Roubaix, la clásica más dura.