El último vals del Conservatorio de Avilés en el Palacio de Balsera: "Es un sitio mágico"
Emoción en los últimos días de enseñanzas en la sede en la que lleva más de 40 años antes de trasladarse a la nueva instalación en La Ferrería

Una imagen del último concierto ofrecido en el Palacio de Balsera
Oviedo - Publicado el
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Es uno de los edificios más bonitos de Avilés. Y que más historias guarda en su interior. Más allá de leyendas, en los últimos años miles de jóvenes han pasado por el Palacio de Balsera, sede del Conservatorio Municipal de Música Julián Orbón. Que esta martes ha acogido el último concierto en su interior antes del traslado a la nueva sede de La Ferrería. Un concierto en el que la emoción ha presidido el ambiente, con participación también de antiguos profesores y alumnos que han pasado por el centro. El traslado era necesario, era una reclamación, pero la pena por dejar un edificio tan singular también es necesaria.
La sede de La Ferrería ya está lista y ya se está ejecutando el traslado. Carlos Galán, director del Conservatorio, y su equipo ya han movido 150 cajas de partituras y de discos. Esta semana un especialista de Barcelona está trasladando el órgano. La próxima tocará trasladar los 16 pianos que hay en el conservatorio. El arranque será complicado, pero el paso es “necesario”. El Palacio de Balsera se había quedado pequeño. Ahora acogerá una pinacoteca. El traslado permitirá al Conservatorio poder ampliar matrículas y crecer de las 240 actuales, vaticina en COPE Avilés su director, Carlos Galán: “Hay intención de ampliar vacantes, de ampliar medias jornadas a jornada completa. Eso daría cabida a tener más alumnado”.

El Palacio de Balsera, sede del Conservatorio hasta el traslado
El traslado coincide en el tiempo con la celebración de la tradicional Semana Cultural del Conservatorio, que este año es más especial si cabe. Y es que en el marco de esa Semana Cultural, este martes se ha celebrado el último concierto en el interior del Palacio de Balsera. En un espacio emblemático, en el hall, con la gente abarrotando las escaleras. Primero los alumnos de los coros. Luego los profesores interpretaron diferentes piezas. Los aplausos se mezclaron con las lágrimas y la emoción.

Profesores y ex alumnos ovacionados al final del úlltimo concierto
TODA UNA VIDA
Porque en el caso de muchos, se trata de toda una vida entre las mismas paredes. Por ejemplo, Iván Cuervo, profesor de clarinete durante 26 años en el Palacio de Balsera. Y antes, alumno durante cuatro años. Es decir, lleva 30 años acudiendo a diario al mismo inmueble. Por eso, los recuerdos se acumulan, explica en COPE Avilés: “Ha sido un día muy emotivo. Llevamos tantos años tocando en ese hall, han pasado tantos compañeros... Por desgracia algunos ya no están... Han pasado tantos alumnos, que ahora ya son profesionales... Somos un conservatorio pequeño, de 28 profesores. Eso hace que pases más tiempo con tus compañeros que con tu familia”.
FUTURO TRASLADO
Y es que el cambio, aunque dé pena, es necesario, explica el propio Iván: “Lo llevamos pidiendo muchos años, el Ayuntamiento lleva también intentándolo muchos años... Tienes por una parte la alegría de que al final vamos a estar todos en un edificio que vamos a estrenar, que lo han hecho nuevo para nosotros. Pero sientes también esa pena de haber trabajado en un sitio tan especial, tan bonito... Es un sitio mágico el Palacio de Balsera”. Lo que está claro es que las posibilidades crecerán, como explica Carlos Galán: “Estamos con ganas, también con incertidumbre. Lo vemos de visita, pero otra cosa es el día a día. Pero ya vamos viendo que a nivel sonoro está muy bien acondicionado el centro, tenemos una sala para ensayos... Conexiones a Internet, que ahora son muy precarias. Podremos trabajar mucho más a gusto”.
LOS RINCONES ESPECIALES
El Palacio de Balsera guarda leyendas, historias y también recovecos que solo conocen los que lo han vivido. Iván Cuervo se queda con uno especial: “Al principio, yo recuerdo dar clases en la torre. Era un sitio espectacular, ves todo Avilés. Entrar por el hall y empezar a subir escaleras y llegar a aquella torre. Los críos a veces se despistaban mirando las ventanas y tenía que centrarlos en la partitura”. Y destaca que el Palacio de Balsera sigue casi como el primer día: “Hay una cosa que me llevo el recuerdo y es que el Palacio está exactamente igual que cuando yo era pequeño. Es un edificio muy delicado, los parquets, las ventanas... Y está todo intacto. Fuimos capaces de mantenerlo tal y como estaba durante todos estos años”.