Sos del Rey Católico: la villa que vio nacer a uno de los reyes más importantes de la historia de España
De la mano del Gobierno de Aragón, COPE Zaragoza retoma su ruta por los pueblos más bonitos de Aragón. Con Embou, conectamos los parajes más bonitos de nuestra Comunidad Autónoma

Descubrimos más en profundidad la villa de Sos del Rey Católico
Zaragoza - Publicado el
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En la provincia de Zaragoza se encuentra uno de los pueblos con más historia de Aragón. Cuna de uno de los Reyes más importantes en la historia de España, Sos del Rey Católico es una villa con encanto desde que pones el primer pie dentro de la misma. De la mano del Gobierno de Aragón, visitamos este municipio que nos traslada a otra época.
COPE Zaragoza ha estado recorriendo este enclave. De la mano de Embou, y con el objetivo de conectar a todos los puntos de Aragón, hemos descubierto la historia más antigua, pero también la más moderna de Sos. ¿Cuáles son los enclaves más importantes que tiene esta villa? Te los descubrimos en una suerte de guía.

COPE Zaragoza y Embou, desde Sos del Rey Catóico, conectando los pueblos más bonitos de Aragón.
Portal de la Reina: la entrada a un mundo medieval
Acceder a Sos del Rey Católico es atravesar una puerta al pasado. Una de las siete que aún se conservan en este municipio es el Portal de la Reina, punto de entrada que ya anuncia la riqueza histórica de este enclave aragonés. Fue precisamente por aquí donde accedió Doña Juana Enríquez, madre del que sería uno de los monarcas más influyentes de la historia: Fernando el Católico. Desde ese mismo instante, el visitante empieza a comprender por qué Sos fue declarado conjunto histórico-artístico.
Palacio de Sada: cuna de un rey
A escasos metros del portal, emerge uno de los puntos más significativos del municipio: el Palacio de Sada. Este edificio no solo destaca por su arquitectura señorial, sino por su historia. En él nació el Rey Fernando el Católico en 1452, lo que convierte al palacio en un lugar de visita obligada. Su entorno, una recoleta plazuela de piedra, invita a detenerse y admirar el tiempo detenido.
El barrio judío: huellas en la piedra
Desde el Palacio de Sada, el camino lleva hasta el barrio judío, una zona cargada de simbolismo y memoria. Aquí pueden verse señales en las jambas de las puertas, conocidas como mesusá, que indicaban la fe de quienes habitaban aquellas casas. Este barrio también nos habla de los judíos conversos, aquellos que, por fe o necesidad, abrazaron el cristianismo. Cada rincón mantiene viva la historia de una convivencia compleja y fascinante.
Plaza de la Villa y la Lonja: corazón del casco histórico
Siguiendo el trazado medieval de las calles empedradas, se alcanza la Plaza de la Villa, donde se sitúa el Ayuntamiento. Pero uno de los tesoros más singulares está justo al lado: la Lonja. Este espacio cumplía una doble función como centro de reunión del concejo y lugar de almacenamiento. Aún se conservan dos neveros y depósitos para vino y aceite. Hoy, este enclave íntimo también acoge eventos culturales y fue escenario de conciertos como el del legendario Paco de Lucía durante el Festival 'Luna Lunera'.
Cine e identidad: la ruta de ‘La Vaquilla’
El cine también dejó huella en Sos. El rodaje de La Vaquilla, dirigida por Luis García Berlanga, convirtió al pueblo en un plató natural y lo proyectó al mapa nacional. En homenaje, se creó la 'Ruta de La Vaquilla', con una escultura dedicada al director y hasta 12 sillas repartidas por el municipio que rememoran distintas escenas del filme. Es una manera diferente y entretenida de recorrer el pueblo, reconociendo sus paisajes en el celuloide.
Iglesia de San Esteban y vistas al alma de Aragón
El recorrido termina en la Iglesia de San Esteban, restaurada por Patrimonio del Gobierno de Aragón. Desde su entorno, se abren unas vistas espectaculares al paisaje aragonés: la Sierra de Leire, los Pirineos, el Convento de Valentuñana, el Parador y el Castillo de Sos, origen de todo este legado. Un mirador que permite contemplar no solo la belleza del entorno, sino también la profundidad histórica de un pueblo que sigue latiendo entre piedras milenarias.