El malestar no cesa. Un día después de conocer que Aragón pasará este próximo viernes a un Nivel 2 de alerta modulado, los profesionales del ocio nocturno y la hostelería siguen asimilando un nuevo golpe en su línea de flotación. Miguel Ángel Salinas, gerente del Grupo Canterbury, asegura que comparte a pies juntillas las palabras que ya pronunció este miércoles José Luis Yzuel, presidente de Horeca: "Estamos perplejos y muy muy cabreados. Suscribo todo lo que se ha dicho en las últimas horas sobre el Gobierno. No se puede aguantar".

Salinas ha ido más allá y ha estallado contra un ejecutivo, el aragonés, que no está dejando trabajar al sector: "Que nos vuelvan a restringir de nuevo nuestros derechos y libertades, después de haber descartado la mascarilla... De poder ejercer nuestra actividad según nuestra licencia. Además son restricciones que no están basadas en ningún informe científico o médico. ¡Es dicrecional! Están esperando a ver si llegan los 'Idus de Marzo' para decir, si son buenos, una cosa; y si son malas, otra. ¡Por favor! Pagamos a los funcionarios y políticos para que piensen, trabajen..."

JUSTOS POR PECADORES

Los brotes en las macro fiestas y en Salou de los jóvenes han sido, principalmente, los que han provocado estas nuevas restricciones. Salinas, también hablaba sobre eso: "Desde el minuto uno nos están acusando a nosotros por desviar la atención de la opinión pública. Este mensaje ya no cala. Espero que, al final, lo paguen en las urnas. Nos encargaremos todos los que estamos sufriendo este acoso y estas injusticias. No se puede estar permanentemente acusando a un sector como el nuestro que, en general, está cumpliendo".

SIEMPRE POR DETRÁS

Otra de las cosas que lamenta Salinas es que nunca se haya ido por delante del virus: "Lo que tienen que hacer es prevenir, no ir siempre por detrás. Llevamos desde el minuto uno, tanto el Gobierno de España como muchas Comunidades Autónomas, siempre por detrás del virus. ¿No sabían que tradicionalmente los estudiantes, cuando acaban los estudios, se van a hacer esos viajes de estudios y esas macrofiestas? ¿No podían prevenir un control disuasorio de Policía por las zonas donde salen? ¡En Zaragoza se ha hecho! Aquí hay un gobierno, el del Ayuntamiento, y un alcalde, que se preocupa en prevenir. Pero el Gobierno de Aragón, no".

Una vuelta de tuerca más que parece que ha hecho rebosar (si es que aún se podía superar más) el vaso de la paciencia de estos profesionales que buscan trabajar con cierta normalidad pero que, por unos motivos o por otros, son el blanco principal de las variaciones de aforos y horarios.

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