Uno de los grandes problemas que estamos teniendo con la pandemia, especialmente durante el confinamiento, ha sido la falta de comunicación con nuestros mayores que no han podido salir de sus residencias o de sus domicilios. Ha sido duro no poder verlos... aunque las videollamadas nos han facilitado las cosas.

Jorge Terreu es un joven de Zaragoza de 22 años que cursa ingeniería informática. Hace dos años se fue de Erasmus a Francia. Estando a mil kilómetros de distancia, aunque hablaba con su familia a menudo, echaba de menos ver a su abuela Maximiliana de 86 años, que no se maneja bien con los móviles. Fue entonces cuando decidió inventar algo pensando en las personas mayores que no controlan bien las nuevas tecnologías.

Las ganas de ver a su abuela cuando estaba en Francia, fueron las que le llevaron a crear ese teléfono móvil adaptado para los más mayores: una herramienta ideal para luchar contra la soledad de nuestros abuelos. Según nos ha contado Jorge, lo que en un principio iba a ser un pequeño apaño para su abuela, ha acabado siendo algo mucho más grande que incluye incluso un servicio de localización, otro de aviso de batería baja y una función que te lee en voz alta mensajes y recordatorios.

Un teléfono pensado para que los más mayores no tengan que hacer nada. Además Jorge ha ido añadiendo más funciones para que los mayores estén siempre protegidos y si les pasa algo, saberlo prácticamente al instante.

Jorge ha patentado su invento casero con el nombre de su abuela: Maximiliana, y ya cuenta con un inversor que se ha interesado por el proyecto. Su idea inicial era ofrecer el servicio solo en Aragón, pero han comenzado a surgir clientes en toda España.

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