Adiós a las tres últimas hermanas de La Caridad de la Casa Amparo en Zaragoza

La Casa Amparo de Zaragoza ha dicho adiós a las tres últimas hermanas de La Caridad que prestaban ayuda en esta residencia. Con ellas se cierra un ciclo de 154 años de cuidados y acompañamiento a quienes más lo necesitan: las personas mayores más vulnerables. El Ayuntamiento de Zaragoza ha rendido un homenaje a estas monjas. Una placa recuerda la imborrable huella que deja estas congregación.

Las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul han estado ligadas al cuidado de las personas mayores residentes de la Casa Amparo desde su inauguración, el 5 de marzo de 1871. Durante estos 154 años de servicio, unas 200 hermanas han pasado por la Casa Amparo.

Con el paso del tiempo, estas labores han ido evolucionando. En la actualidad es una residencia municipal con 156 plazas y las labores las llevan a cabo personal sanitario especializado y multidisciplinar. A pesar de ello, las hermanas han seguido estando presentes en la vida de la residencia prestando su ayuda. Pero han tenido que decir adiós a las tres últimas hermanas de la Caridad que quedaban en la Casa Amparo, que se han despedido entre muestras de gratitud y de cariño.

Uno de los residentes, Jesús Andreu, se emocionaba recordando la ayuda que de forma totalmente desinteresa prestan estas monjas. "Gracias por darnos fuerza, amor y consuelo. Siempre estaréis en nuestros corazones", relataba entre lágrimas.

Una de las hermanas que deja la Casa Amparo es la Superiora de la comunidad, Ascensión Villacampa. "Hoy cerramos una etapa de 154 años. Nos cuesta dejaros y decir adiós, pero estad seguros de que os recordaremos, y deseamos que viváis aquí, en esta Casa Amparo, con paz, alegría y esperanza".

154 AÑOS DE HISTORIA

La Casa Amparo, originalmente, fue concebida para separar a las personas mayores de otros colectivos más jóvenes alojados en la Real Casa de Misericordia. Las Hijas de la Caridad fueron encargadas de administrar y dirigir la institución, para atender las necesidades de las personas mayores vulnerables y erradicar la mendicidad en Zaragoza.

Durante estos 154 años, la comunidad se ha dedicado al servicio de las necesidades que han ido surgiendo, desde atención a la tercera edad hasta, en algunos periodos, a la educación de niñas. Una de ellas es la actual visitadora de las Hijas de la Caridad, María Isabel Vergara. "Varias jóvenes comenzaron el discernimiento de su vocación de Hijas de la Caridad en esta casa, entre ellas yo", ha señalado. "La comunidad llegó a tener hasta 30 hermanas pero en estos últimos años, por la falta de relevo, ha quedado una pequeña comunidad que, a pesar de las limitaciones físicas y de la edad, no han dejado de servir a los ancianos en el plano espiritual, escucha y servicios de acompañamiento en la enfermedad", ha apuntado.

La alcaldesa, Natalia Chueca, y la consejera de Políticas Sociales, Marián Orós, han participado en este homenaje donde se ha descubierto una placa conmemorativa y se les ha entregado una figura de la Virgen del Pilar hecha en madera.