El Real Zaragoza rechaza la medida de jugar los dos próximos partidos de Liga a puerta cerrada y solicita el aplazamiento de estas jornadas hasta que se conozca la evolución del coronavirus. El club, en boca de su presidente Christian Lapetra y de su entrenador Víctor Fernández, ha alzado la voz, rechazando la medida y abogando por el aplazamiento de las dos próximas jornadas para disputarlas en igualdad de condiciones, apoyados por su afición desde la grada.

Víctor Fernández ha puesto, en primer lugar, el foco en la salud de los jugadores, técnicos y personal necesario para la disputa de un partido de fútbol. "Se producen agarrones, hay mucho contacto, mucha fricción, se tose, se escupe, se hacen esfuerzos máximos, hay aglomeraciones en el área de muchos jugadores al mismo tiempo… Hay una exposición, tal como se dice por las autoridades sanitarias, alta a ese contacto", ha señalado Víctor Fernández.

"El fútbol es pasión, es sentimiento. Jugando un partido de fútbol sin espectadores es sinónimo de tristeza, es sinónimo de vacío. El fútbol con la gente es magia, el fútbol sin la gente se queda en algo absolutamente carente de sentido", ha mantenido el entrenador del Real Zaragoza.

El Real Zaragoza pide modificar el calendario

El objetivo de Víctor Fernández y del Real Zaragoza es claro. Consideran que se debe esperar "15, 20 o 30 días" a que la situación se normalice y que "despejemos esas dudas, superemos el miedo, recuperemos la competición en su esencia natural, con gente y público, y a ver si se puede recomenzar siguiendo un orden lógico del calendario y que todos los equipos juguemos en las mismas condiciones".

Un mensaje compartido por el presidente del club, Christian Lapetra, que confía en que puedan tomarse otras medidas: "Tenemos que respetar las medidas en el área sanitaria y cumplirlas a rajatabla, pero hay una trascendencia fundamental en los intereses de muchos clubes de jugar partidos trascendentales sin su público, su gente y su otra fuerza, que en nuestro caso es mayor".

Jugar a puerta cerrada, además de las consecuencias deportivas de perder el apoyo de la afición, genera unas consecuencias económicas importantes para un club con las arcas tan delicadas. "Es muy pronto para conocer la repercusión económica, pero si estimamos una afluencia similar a las jornadas pasadas, son cantidades importantes. Hay que sumar el ticketing indirecto del consumo en el estadio, en el exterior y los perjuicios de otra iniciativa de patrocinadores. Los perjuicios económicos serán importantes", ha explicado Lapetra.

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