Agapito Iglesias en COPE Zaragoza: "Pido perdón por los errores cometidos y apoyo a los que van a llegar"
El empresario soriano, protagonista de la etapa más cuestionada y criticada de la historia del Real Zaragoza, rompe su silencio ante la inminente venta del club

Entrevista a Agapito Iglesias en Deportes COPE Zaragoza con Jesús Zamora
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Agapito Iglesias ha roto este miércoles en exclusiva en DEPORTES COPE EN ZARAGOZA su silencio desde hace muchos años. El que fuera propietario y también presidente del Real Zaragoza, protagonista del período entre 2006 y 2014, pide perdón por los errores cometidos y apoyo y paciencia con quienes van a llegar ahora a dirigir el club. Estas son sus frases:
“Llevo ya diez años viviendo en Madrid, tres años antes de dejar el Real Zaragoza. Y sigo en el mismo sector de siempre, la construcción. Vivo intentando no tener notoriedad”.
“Sigo y siempre seguiré la trayectoria del Real Zaragoza porque lo llevo en el corazón, independientemente del acierto o no que tuviera en su momento. Lo sigo mucho. Una vez que te introduces en el mundo del fútbol es como una droga que no la sueltas nunca. Es algo que llevas en el corazón y en la sangre”.
“Mi llegada al club fue ilusionante para todos y para mí también. La entidad pasaba sus agobios también entonces. Tenía en esos momentos una deuda de 68 millones de euros. Está en los libros, no es algo que me invente yo”.
“Era un reto muy difícil y complicado. Y luego vino una crisis económica mundial. Y también la crisis deportiva, que es la que realmente nos llevó al fracaso económico y, tristemente, tuvimos que ir al concurso de acreedores. Después del concurso, la deuda fue de 72 millones de euros. Aparte del concurso, repito, una vez hecho el convenio”.
“Tuve que perdonar, y lo hice con gusto, la deuda subordinada que yo tenía con el club. Y también tuve que deshacer la operación de venta que yo tenía comprometida con el grupo de empresarios de Zaragoza y con un grupo de mejicanos. Y me siento orgulloso de que al final la familia Alierta, o Yarza y Forcén, entre otros empresarios, entraran en el club”.
“La intermediación del grupo encabezado por Javier Lasheras, que en paz descanse, iba a ser para que un grupo mejicano llegase al club. Pero, después, al hablar yo con César Alierta y con la familia Yarza y ver el interés real que tenían de que el club se quedase en manos aragonesas, pues, evidentemente, yo rompí el contrato que tenía con el grupo de Lasheras. Las conversaciones con Alierta y Yarza fueron muy rápidas. Llegamos a un acuerdo en poco más de una hora. El problema era romper el acuerdo que yo tenía con el grupo de Lasheras, pero se hizo y ya está”.
“Renuncié a mis acciones a cambio de un euro y de que el 20% de las acciones estuviesen en manos de todos los socios. Y perdoné la deuda subordinada mía para intentar que el club se quedara con una deuda sostenible, dentro de un convenio que había que cumplir. Otra cosa es que se pudiera cumplir o no. Las cosas como son”.
“No me arrepiento de haber entrado en el fútbol. Las decisiones se toman voluntariamente. Y en su momento entré con mi amigo Emilio Garcés. Otra cosa es que, a la semana siguiente de entrar, él quería hacer unas cosas y yo quería hacer otras. Y ya está. Ahí acabó todo. Yo me quedé con el club, pero también pudo haber sido al revés y habérselo quedado él. Por las circunstancias me lo quedé yo”.
“Lo que puedo decir es que Emilio y yo nunca hablamos de política. A él le gusta mucho el deporte y después se fue al baloncesto. Y ya está. No había interés político en ninguno de los dos. Se trataba de devolver a la comunidad aragonesa el cariño por el éxito entonces de nuestras empresas”.
“En el consejo de administración estaban representados todos los partidos políticos que había entonces en Aragón. Y sé que esos consejeros siguen siendo amigos y siguen hablando entre ellos. Pero no había ningún interés político. Simplemente pensamos que Eduardo Bandrés era el mejor presidente que podíamos tener en ese momento en el Real Zaragoza”.
“No me siento engañado. La situación era crítica, pero había un proyecto de nuevo estadio. Y de hecho empezaban las obras al día siguiente de entrar nosotros. Pero no sé si porque se fue Emilio, o por lo que fuera, se paró ese proyecto, que era lo mejor que podía tener Zaragoza. Y teníamos un bloque de oficinas en el que íbamos a hacer una promoción inmobiliaria (ya Soláns había creado una sociedad a ese respecto) para pagar parte de la deuda del Real Zaragoza. Ahí sí que tengo que decir que la política paró el proyecto, lo mismo que el del estadio”.
“Sé que hemos cometido errores y pido perdón por ello. Pero también creo que, al igual que todos los que hemos estado a lo largo de los años en el Real Zaragoza, lo hicimos con la mejor intención posible para los intereses del Real Zaragoza”.
“Yo no soy quien para valorar lo que ha hecho la Fundación. Y menos de lo que no se ha conseguido. Al final, había que darle estabilidad al club y ellos lo han conseguido. Había que ir reduciendo la deuda y se ha hecho. Pero el fútbol es muy complicado. Dejamos un equipo formado y con los refuerzos que trajeron lo tuvieron en la mano el primer año. Era el momento. En cualquier caso, lo han hecho todo con la mejor de las intenciones. Estoy seguro de que con el apoyo de la afición y con la llegada de nuevas caras se conseguirá volver a Primera división”.
“Yo tengo un paquete de acciones, como lo tiene mi familia. Pero el contacto mío con la Fundación, después de la venta, ha sido muy esporádico. Al principio sí estuvimos más en contacto por diversos temas. Después ya ha sido más esporádico. Pero es que creo que yo no me debía meter, ni ellos tenían por qué consultarme nada. Eran soberanos para hacer lo que tenían que hacer”.
“No hubo ninguna condición por mi parte para que continuase con la Fundación gente que había estado conmigo. Personas que estaban con Soláns también siguieron conmigo. Creo que es lo normal. Lo que pasa es que si las cosas no funcionan deportivamente se empieza a mirar a un lado y a otro buscando culpables. Eran personas muy profesionales. Ya lo eran con Alfonso Soláns y lo siguieron siendo conmigo”.
“Siempre me he sentido aragonés. Llegué a Zaragoza con 13 ó 14 años. Y siempre ha estado el Real Zaragoza en manos aragonesas, incluídas las mías. Pero en 2022 el mundo del fútbol ha cambiado mucho y tiene que llegar gente más profesional y con una economía lo suficientemente grande. Lo que importa es que están a la altura que tienen que estar y que respeten la historia del Real Zaragoza. Detrás hay una afición y una comunidad aragonesa que se merecen que les respetyen y estar a la altura. A partir de ahí me es indiferente quien entre o deje de entrar”.
“Lamento si Lapetra se ha ido por los insultos y amenzas recibidos. El fúbol tiene eso. Entiendo que Lapetra, Soláns o yo mismo hemos tenido siempre la mejor intención al hacer las cosas. Otra historia es que luego las cosas no salgan y es lógico que la afición se enfade y proteste. Lógico hasta cierto punto. Porque una cosa es la protesta civilizada y otra que se llegue a los insultos y amenazas. Ocurre cada día menos, pero es triste. Lo siento por él, como otra gente lo habrá sentido por mí o por Alfonso Soláns. Pero pasa en todas partes, no sólo en el Real Zaragoza”.
“Este club va a volver a estar arriba. Estoy convencido. Lo que hace falta es que respeten y apoyen a la gente que entre. Todo cambio genera ilusión, pero hay que dar tiempo. Porque no es fácil cambiar la dinámica en una temporada. Hacen falta dos o tres años. Y siempre y cuando se hagan las cosas como se tienen que hacer. Zaragoza es la quinta ciudad de España y creo que el club debería estar entre los tres primeros. Pero hace falta mucha, mucha paciencia”.
“A la afición le pido que apoye a su equipo, porque los que van a llegar lo van a intentar hacer lo mejor posible. Paciencia y apoyo. Porque el Real Zaragoza está por encima de las personas. Reitero que me he equivocado en el día a día. También habrá habido algún acierto, pero pido perdón y deseo lo mejor al club y a los que entren a dirigirlo”