Sara y Javier, preparados para encarnar a los Amantes de Teruel: "Unos Diego e Isabel distintos"
Sara Serena y Javier Ibáñez son los encargados de dar vida a Isabel de Segura y Diego de Marcilla en La Partida de Diego

Teruel - Publicado el
3 min lectura
Teruel viaja de nuevo al siglo XIII. La capital turolense vuelve a transformarse para revivir la historia de los Amantes, con La Partida de Diego. En los estudios de la cadena COPE, los protagonistas de esta edición, Javier Ibáñez y Sara Serena, han compartido sus sensaciones unas horas antes de encarnar a Diego de Marcilla e Isabel de Segura en una de las citas culturales más esperadas del calendario turolense.
Los días previos a la representación se viven con intensidad. Tanto Sara como Javier admiten que los nervios forman parte del proceso: “Estos últimos días se están acrecentando, porque ves a todo el mundo ensayando, ves que queda poco, y dices: ahí va, que ya viene”. Una tensión positiva que, comparada con la de un deportista antes de un partido, les ayuda a entrar en escena con la energía necesaria.
Cuando recibieron la noticia de que serían los encargados de representar a los Amantes, lo primero fue incredulidad. “Costaba asimilarlo”, reconocen. Con el tiempo, esa sorpresa inicial se transformó en orgullo por el trabajo realizado y satisfacción por un proceso intenso pero enriquecedor. “Ha sido un camino exprés, muy intenso, pero hemos avanzado mucho y estamos muy orgullosos”, destaca Sara.
Este año, desde la Fundación resaltan la conexión entre ambos protagonistas. Pese a no conocerse antes del casting, algo “hizo clic” desde el primer momento. “Creo que somos un Diego y una Isabel distintos”, señala Javier. Esa complicidad ha sorprendido incluso a los organizadores, que aseguran que hacía años que no se veía tanta química entre los dos personajes centrales.
Más allá de la pareja principal, ambos coinciden en la importancia del grupo humano que forma parte de la recreación. “Se hace familia”, explica Sara. La mezcla de edades, trayectorias y gustos crea un ambiente intergeneracional único en el que se forjan vínculos duraderos. “Lo llamamos la familia de las bodas, y es verdad”, añade. Los ensayos, que culminan en emotivos momentos compartidos, refuerzan este sentimiento de pertenencia.
El proceso creativo no está exento de dificultades. Memorizar textos, encontrar el tono justo y transmitir emociones intensas ha supuesto momentos de frustración. “Yo llevaba la idea de hacer un tipo de Isabel, pero Alfonso y Marian consiguieron sacar a mi verdadera Isabel”, comenta Sara. Javier, psicólogo de profesión, reconoce que este reto le resultaba desconocido, pero que gracias a la confianza del equipo se ha sentido cómodo en el escenario.
Sara es maestra y mantiene una fuerte vinculación con el folclore. Javier, por su parte, cumple un sueño de infancia: “Desde niño decía que quería ser Diego. Este año decidí presentarme y aquí estoy, sorprendentemente”. Su prima Iris y su novio ya fueron Isabel y Diego, lo que le impulsó a comprometerse con esta tradición tan especial.
Ambos tienen claros los instantes que más esperan vivir sobre las tablas: la primera escena del viernes por la tarde y el cierre de la representación. “El inicio es muy completo porque aparecen Isabel y Diego junto a sus amigos y familias, y el final dará un cierre precioso”, señala Sara.
Entre las escenas más intensas se encuentra también “La mujer que espera”, en la que un grupo de mujeres turolenses defiende la frontera mientras sus hombres parten a la guerra. “Es un momento muy fuerte, cargado de emoción”, describe Sara: “Cuando lo vea marchar por la andaquilla voy a decir: ¡ay, que se me va!”.
La entrevista concluyó con un guiño a la leyenda: Diego parte en busca de honor y fortuna, mientras Isabel lo espera. “Dentro de unos cinco años, en 1217, volveremos a hablar de esto”.