El 25% de la población padece hígado graso, con o sin consumo de alcohol

El Hospital San Juan de Dios de Sevilla aborda el tratamiento integral del hígado graso a través de un equipo multidisciplinar formado por médicos endocrinos, nutricionistas y del aparato digestivo

Un equipo multidisciplinar del Hospital San Juan de Dios de Sevilla

Hospital San Juan de Dios de Nervión

Un equipo multidisciplinar del Hospital San Juan de Dios de Sevilla

Redacción COPE Sevilla

Sevilla - Publicado el

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La obesidad es una enfermedad compleja, con múltiples factores asociados que no solo dificultan la pérdida de peso, sino que también agravan el pronóstico general de los pacientes. La afectación del hígado es una de las consecuencias y es por ello que el Hospital San Juan de Dios de Sevilla ha puesto en marcha una unidad específica y multidisciplinar para la evaluación integral de los daños hepáticos derivados de la obesidad, centrada en el tratamiento del hígado graso.

Este equipo lo componen especialistas de la Unidad del Aparato Digestivo, coordinado por la doctora Lourdes Grande, y Pablo Remón, médico del área de Endocrinología y Nutrición, coordinado por Alfonso Soto.

“Entre las enfermedades hepáticas que puede generar la obesidad, destaca la esteatosis, una acumulación excesiva de grasa en el hígado vinculada a trastornos metabólicos, con o sin consumo de alcohol. Esta patología afecta al 25% de la población mundial y constituye un problema de salud pública”, explica Lourdes Grande.

Por su parte, Pablo Remón subraya el carácter silente de esta enfermedad: “El hígado graso es una patología ‘enmascarada’ que puede no presentar síntomas durante años, hasta que se manifiestan complicaciones graves como cirrosis o cáncer. Por ello, un diagnóstico temprano y preciso es clave para prevenir consecuencias irreversibles o fatales”.

El infra diagnóstico de hígado graso ha venido determinado por la falta de elementos de juicio. Sin embargo, el hospital San Juan de Dios de Nervión ha avanzado en este sentido incorporando pruebas no invasivas, como la elastografía transitoria, que ha revolucionado la evaluación del hígado graso, permitiendo detectar y monitorizar el grado de esteatosis y fibrosis hepática de forma más sencilla

La importancia de la detección precoz

Según el protocolo de la unidad, la identificación de pacientes de alto riesgo, como aquellos con obesidad, diabetes o psoriasis es prioritaria. En estos casos, el proceso de diagnóstico incluye una evaluación clínica especializada, análisis de transaminasas, parámetros bioquímicos para medir la fibrosis y ecografía hepática. Si es necesario, también se realizarán pruebas avanzadas para detectar fibrosis hepática.

La atención integral ofrecida por esta unidad permite no solo tratar el hígado graso, sino también identificar otras patologías asociadas, como la diabetes o enfermedades  cardiovasculares. Esto refuerza la importancia de un tratamiento holístico e individualizado, que requiere la colaboración de diversas especialidades médicas.

“El control de factores de riesgo como la obesidad, la diabetes de tipo dos o la dislipemia se centra en promover hábitos de vida saludables, bajo un enfoque multidisciplinar”, destaca Soto. Dado el carácter multisistémico del hígado graso, el papel del endocrino resulta crucial, al igual que la intervención de otras especialidades cuando la patología afecta a otros órganos.

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