Recientes investigaciones aseguran que la Hermandad del Rocío de Sanlúcar de Barrameda fue la primera que se fundó. Así lo pone de manifiesto la Hermandad, "aunque en aquella época no se tuviera el concepto de hermandad ni estuviera considerada como tal, de ahí que en el transcurso de los siglos fue considerada una de las cinco hermandades filiales fundacionales junto con Villamanrique de la Condesa, Pilas, La Palma del Condado y Moguer, que hacían su peregrinación anual a la ermita de la aldea del Rocío para visitar a la milagrosa imagen".

Según apuntan desde la Hermandad, "es por eso que goza de ciertos privilegios sobre las demás hermandades filiales concedidos por la Hermandad Matriz de Almonte en 1680, entre ellos conservar el quinto lugar a perpetuidad y ser representada por Báculos en lugar de insignias o varas. Se trata de varas de plata o plateadas con adornos romboidales sobre las que, en óvalos rematados en sus laterales por dos perillas y los superiores por una pequeña cruz, hay una curiosa imagen de la Virgen del Rocío con el Niño en el brazo izquierdo y portando un gran cetro en su mano derecha, lo que indicaría que de esa forma se representaba a la primitiva imagen".

La Hermandad de Sanlúcar de Barrameda es una de las que cada año cruza el río Guadalquivir para ver a la Reina de las Marismas. El embarque del Simpecado en Bajo Guía cruzando las aguas en barcazas nos regala cada año un momento mágico. Este año; las barcas esperan en la tranquilidad de las aguas. Ni gentío, ni salves, ni romeros. El coto tendrá que esperar un año más.

Para comprender el vínculo tan fuerte entre Sanlúcar y la Virgen del Rocío, hemos de retroceder al año 1297: "en esa fecha, el rey Fernando IV, en cumplimiento de la promesa verbal hecha dos años antes por su padre Sancho IV El Bravo recientemente fallecido, concede la ciudad de Sanlúcar en Señorío a don Alonso Pérez de Guzmán en premio por su heroica y legendaria defensa de la plaza de Tarifa." Hoy en día, la comarca Costa Noreste de Cádiz a la que pertenece Sanlúcar coincide prácticamente con la extensión original del territorio del antiguo señorío.

En 1369, Juan Alonso Pérez de Guzmán, IV Señor de Sanlúcar, recibe el Condado de Niebla de manos de Enrique II de Castilla por su fidelidad en el enfrentamiento por el trono con su hermanastro Pedro I el Cruel, con lo que sus territorios se extienden por parte de las provincias de Cádiz, Sevilla y Huelva, llegando a alcanzar la frontera con Portugal.

UNA ERMITA EN LAS ROCINAS

Sanlúcar de Barrameda adquiere años más tarde una importancia indiscutible. Es en esa época cuando empiezan a organizarse ferias que ponen en circulación los productos del señorío a lo largo del Camino Condal que comunicaba Sanlúcar con Niebla, pasando por Almonte. Dentro dentro de Doñana enlazaba con el camino de Moguer a Sevilla y el camino de Moguer a Sanlúcar que pasa por la finca de El Acebuche.

La original ermita se constituyó entonces como el punto de entronque de esa estructura de comunicación que se extendía hasta Sanlúcar, al otro lado del río. Así pues, la vinculación de Sanlúcar con el Rocío puede decirse que proviene ya de aquella primitiva ermita de las rocinas.​

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