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Estas son las propiedades que no conocías de la sandía

A sus excelentes propiedades, hay que sumar su sabor y alto contenido en nutrientes

Propiedas sandía
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La sandía se ha ganado estudio tras estudio el reconocimiento de “La Viagra Natural”. Y es que según varios estudios, esta fruta veraniega ayudaría a combatir los problemas de erección. Entre los más recientes, el que han llevado a cabo científicos de la Universidad estadounidense de Texas. Tras varios análisis, demostraron que consumir una porción de sandía podría provocar en nuestro cuerpo efectos similares a los generados por el reconocido fármaco para la disfunción eréctil.

Además de esta propiedad, la sandía contiene muchas otras que la convierten en la fruta estrella de la temporada estival. Más de un 90% de su peso es agua. Así que resulta muy hidratante para las altas temperaturas que nos toca soportar en verano. El cuerpo nos pide mucha más agua que el resto del año y esta es una buena forma de consumirla.

Si has decidido perder unos kilos de cara al verano, tienes que saber que estamos ante una de las frutas que menos calorías contiene por lo que resulta perfecto incorporarlo en una dieta. Por si fuera poco, tiene un alto contenido en fibra. Esto la convierte en una de las favoritas para tomar entre horas o durante alguna de nuestras comidas.

RICA EN POTASIO

Sin duda, es uno de los productos favoritos de la temporada. Y es que una porción de sandía contiene gran cantidad de nutrientes y proporciona muchas vitaminas, minerales y antioxidantes. Por ejemplo, es una fruta rica en vitamina C, por lo que nos ayuda a proteger nuestro cuerpo y a combatir los resfriados que en muchas ocasiones sufrimos en verano a causa de los contrastes de temperaturas.

La lista de propiedades continúa. La sandía contiene licopeno, que nos ayuda a cuidar nuestra salud ósea. El licopeno dietético nos ayuda a reducir el estrés oxidativo, por lo que resulta un antioxidante perfecto. El consumo de licopeno está asociado habitualmente a unos huesos más saludables.

Al igual que ocurre con el plátano, la sandía también es rica en potasio, por lo que nos ayuda a retener el calcio en el cuerpo. Al integrarla en nuestra dieta, los huesos y articulaciones gozan de una mejor salud. Además, según aseguran los expertos que reduce el riesgo de sufrir enfermedades del corazón y es una de las frutas que nos ayuda a prevenir el cáncer, por lo que los nutricionistas recomiendan consumirla con mucha frecuencia.

RECETAS LLENAS DE SABOR Y COLOR

Sin duda, se trata de una fruta que resulta muy apetecible cuando lo termómetros superan los 30 grados. Además, son muchas las recetas sencillas que tienen como protagonista a la sandía. Si las pepitas te molestan al consumirla, puedes comprar en el mercado una sandía sin pepitas. Contiene las mismas propiedades y resulta igual de saludable que la sandía tradicional.

Para combatir el calor, puedes preparar un salmorejo de sandía. Resulta un entrante perfecto o un tentempié para disfrutar entre horas. A la receta tradicional, añade la sandía. Te recomendamos que lo prepares sin ajo para que puedas notar el sabor de la fruta en todo su esplendor. Una vez que hayas triturado todos los ingredientes en el vaso, puedes añadirle un poco de pimienta y albahaca para servir.

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También puedes preparar un sorbete de sandía. ¿Cómo? Es muy sencillo. Corta la sandía en trozos y métela en el congelador. Cuando pasen dos o tres horas y esté congelada, sácala y métela en el vaso de la batidora. Añade té o tu infusión favorita muy fría y enciéndelo. Puedes añadirle azúcar o miel, aunque nuestra recomendación es servirla sin ningún añadido. De esta forma disfrutarás del dulzor de esta fruta. Si te pierde el dulce, puedes elaborarla con leche condensada. En unos minutos, tendrás una bebida ligera, refrescante y muy saludable.

Si eres incondicional de las ensaladas, tienes que preparar la siguiente receta. Coge un aguacate y lamínalo, parte la sandía en trozos pequeños, añade queso mozzarella y cilantro. Tendrás un plato delicioso, sencillo y muy económico de elaborar. Ahora solo falta ir al frigorífico, cortar un trozo de sandía y disfrutarla en cualquiera de sus formas y tamaños. Eso sí, siempre fría.

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