¿Vives con alguien dominante? El experto David Cercas explica cómo convivir sin perder la calma

Entender que cada persona tiene un patrón de conducta es clave para no tomarse los conflictos como algo personal y mejorar la convivencia en el día a día

Enrique Ortiz

Málaga - Publicado el

4 min lectura

Conocer el temperamento de nuestra pareja es fundamental para una relación sana, estable y feliz. A menudo, los choques y las discusiones no surgen de una mala intención, sino de una diferencia profunda en la manera de ser y de reaccionar. El especialista en relaciones familiares, asesor matrimonial y autor de 'El arte de un matrimonio feliz', David Cercas, explica cómo entender estos patrones a través del modelo DISC, una herramienta que agrupa los estilos de personalidad en cuatro grandes perfiles: dominante, influyente, estable y cumplidor. Según el experto, comprender este esquema "nos va a ayudar muchísimo a no tomarnos tantas cosas como algo personal".

Les molesta bastante que les digan como hacer las cosas"

David Cercas

Asesor matrimonial

El perfil del temperamento 'rojo' o dominante

Dentro de este modelo, uno de los perfiles más intensos es el 'rojo' o dominante. Son personas que identificamos rápidamente porque, como describe Cercas, "entran en una sala y, sin querer, toman el mando". Se caracterizan por tener mucha energía, una gran seguridad en sí mismos, un paso firme y una mente que procesa y decide a gran velocidad. A los perfiles dominantes les gusta llevar el volante de las situaciones y, en consecuencia, "les molesta bastante que les digan cómo hacer las cosas".

Su rapidez es una de sus señas de identidad más marcadas. Mientras una persona de otro temperamento puede estar analizando las opciones, el dominante ya ha actuado. "Mientras tú dices 'no sé', el otro ya ha reservado el restaurante y ha hecho el planning del sábado", ilustra el orientador familiar. Este carácter resolutivo define gran parte de su interacción con el mundo y, por supuesto, con sus parejas.

Luces y sombras de la personalidad dominante

Convivir con un 'rojo' tiene grandes ventajas, especialmente en momentos de crisis o incertidumbre. Son personas valientes y emprendedoras por naturaleza. Cuando surge un problema, no dudan en afrontarlo directamente y buscar una solución. "Cuando todo se está desmoronando, agradeces tener a un rojo al lado", afirma el experto, ya que su capacidad de reacción les permite ser muy eficientes para salir de un apuro: "te sacan de un atasco en un minuto".

Sin embargo, esta misma intensidad tiene una cara B que puede generar conflictos en la convivencia. Su impaciencia y su energía desbordante pueden hacer que suenen "mandones" o que se comuniquen en un tono que parece de enfado o "casi gritando", como señala Cercas. Esta forma de actuar puede herir la sensibilidad de su pareja, aunque no sea su intención, ya que en su rapidez pueden "invadir espacios" sin darse cuenta.

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Las formas y el comportamiento puedenherir la sensibilidad de la pareja

Este comportamiento, a menudo, es una coraza que esconde un miedo muy profundo al fracaso. Aunque es algo que nunca admitirán abiertamente, su necesidad de control y de acción inmediata nace de esa vulnerabilidad. "Cuando se sienten muy juzgados o controlados, saltan", advierte el orientador. Comprender este punto es fundamental para gestionar los roces y no escalar los conflictos.

Tienen un miedo muy escondido, y es el miedo al fracaso"

David Cercas

Asesor matrimonial

Manual de supervivencia: claves para convivir con un 'rojo'

Sabiendo todo esto, la pregunta más importante es cómo se convive con alguien así sin perder los nervios. David Cercas ofrece varias claves prácticas y directas. La primera es ir directamente al grano en la comunicación. "Odian los discursos; si tienes algo que decir, necesitan que lo digas claro y cortito", recomienda. La comunicación enrevesada o demasiado emocional no funciona con ellos.

En segundo lugar, es crucial mantener la propia opinión y mostrarse firme. Un 'rojo' respeta la seguridad en los demás, por lo que, si percibe duda o debilidad, tenderá a imponer su criterio. "Si uno duda demasiado, te pasan por encima", asegura Cercas. También es fundamental ponerles límites de forma asertiva, especialmente si suben el tono de voz, haciéndoles ver que no es necesario comunicarse de esa manera, pero sin tomarlo como un ataque personal.

Finalmente, el experto apunta dos detalles importantes. Por un lado, a los perfiles dominantes "no les gustan mucho los halagos", pues tienden a verlos con suspicacia y a interpretarlos como un intento de manipulación. Por otro, agradecen enormemente la ayuda con los detalles, ya que su visión global y su rapidez les hacen omitir los pormenores. "Si tú aportas esa calma, ese orden, esa precisión, te lo van a agradecer, aunque no lo digan", concluye.

La solución definitiva no reside en intentar cambiar al otro, sino en el equilibrio y la comprensión mutua. "Nadie tiene que dejar de ser quien es, ni ellos van a cambiar ni yo tampoco tengo por qué cambiar", subraya el experto. Se trata de un proceso de adaptación en el que los 'rojos' pueden trabajar su empatía, y su pareja puede aprender a ver que su estilo directo "no es falta de cariño, sino un tema temperamental".

Nadie tiene que dejar de ser quien es, no pretender cambiar a nadie"

David Cercas

Asesor matrimonial

Al final, el objetivo último es respetar el modo de ser del otro, entender sus ritmos y sus miedos para poder construir desde la diferencia. Cuando uno de los dos miembros de la pareja comprende que el comportamiento del otro no es un ataque personal, la mirada cambia para ser "mucho más caritativa, más cercana, más empática", finaliza Cercas. Es en ese cambio de perspectiva donde reside la clave para que la relación no solo sobreviva, sino que crezca y se fortalezca.

Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.