Su lema fue 'Siempre fuerte'... el lema de Pablo Ráez, el joven marbellí enfermo de leucemia que hizo viral en las redes sociales su lucha contra la enfermedad y el que fue su otro frente... conseguir más donaciones de médula.

Este martes, 25 de febrero, se cumplen tres años de su fallecimiento y su legado permanece intacto: gracias a él, las donaciones de médula ósea siguen aumentando.

Pablo Ráez consiguió concienciar a todo un país. Solo en Málaga, las donaciones de médula aumentaron un 1.300 por ciento en 2016... se alcanzaron los 11.200 donantes nuevos.

En COPE.es nos acercamos en 2.018 a Marbella para conocer de primera mano junto a su familia cómo era Pablo Ráez.

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REQUISITOS PARA SER DONANTE

Para donar médula, hay que tener entre 18 y 40 años (antes el límite estaba en los 55, pero a pesar de que se ha rebajado y que hay menos población que puede ser donante potencial, el número de donaciones ha aumentado.

Según los últimos registros, en España hay actualmente 420.000 personas inscritas como donantes de médula ósea y Andaucía está a la cabeza, con 107.000. El director del Laboratorio HLA del Centro de Transfusión y Tejidos Celulares de Málaga, el doctor Francisco Rodríguez, cuenta en COPE Málaga que el “fenómeno Pablo Ráez puede definir un antes y un después, lamentablemente tuvo un desenlace trágico, pero ha permitido que muchos otros tengan un buen desenlace y hayan sobrevivido”.

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“Lo que él hizo fue hacer visible la situación de muchos pacientes en la sociedad española”, reconoce el doctor.

ENFERMO COMPATIBLE

El proceso para convertirse en donante de médula es bien sencillo: el primer paso es acudir al Centro de Transfusión, en el Hospital Civil. Allí, al paciente se le extrae sangre y, si cumple los requisitos, pasa a formar parte del registro de donaciones. Si aparece un enfermo compatible, entonces se recurre al donante: "En el momento que aparezca algún paciente compatible, nos solicitarán una muestra para el hospital donde está el paciente”.

Si el hospital donde está el paciente valora que el donante es el adecuado, entonces se procede a la donación que es similar a una donación de sangre “normal”, pero el proceso se prolonga un poco más. Unos días antes se ponen al donante “unas inyecciones que incrementan la formación de células madre” y la donación en sí “dura un poco más, una o dos horas, le sacamos sangre, centrifugamos, nos quedamos con las células progenitoras, le reintroducimos el resto y, cuando acaba el proceso, se va a su casa sin ningún problema”.

Y solo en algunos casos hay que recurrir a la extracción directamente en quirófano.